Por Sol Amaya, CNN en Español

Cada vez que Noah, su hijo de dos años, pregunta por mamá, Adrian Clouatre solo atina a responder: “Mami volverá pronto”. El pequeño asiente con una sonrisa, aunque su padre sabe que algo en él se rompe. Nota su tristeza. Pero trata de ser fuerte, por Noah y por Lyn, su beba de tres meses, a quien su esposa, Paola, estaba amamantando hasta fines de mayo, cuando fue detenida por ICE.

Clouatre, un joven de 26 años que califica como veterano discapacitado en el servicio del Cuerpo de Marines de EE.UU., cuenta a CNN en entrevista la historia de Paola, de 25 años, y cómo su vida dio un vuelco el 27 de mayo, cuando una audiencia de ajuste de estatus migratorio a la que fueron con la esperanza de que su esposa pudiera avanzar con el trámite de su green card se convirtió en una pesadilla para toda la familia.

Paola, nacida en México, llegó a Estados Unidos en 2014 con su madre. Tenía 16 años, no hablaba inglés y no comprendía mucho lo que estaba sucediendo, cuenta su marido. La madre presentó una solicitud de asilo. Pero madre e hija no se llevaban bien, y pronto Paola terminó sola. Pasó su adolescencia en refugios para personas sin hogar.

Unos años más tarde, en 2022, Adrian conoció a Paola en un club en Palm Springs, durante su último año en el Ejército. “Empezamos a salir oficialmente un mes después. Luego tuvimos a nuestro primer hijo, Noah, y nos casamos en febrero de 2024”, cuenta el veterano. Se mudaron a Louisiana y comenzaron con el proceso de la green card para Paola. Un año después, llegó su segunda hija, Lyn, que hoy tiene apenas tres meses.

Pensaban que todo saldría bien, pero Paola y su madre habían perdido contacto poco después de llegar a Estados Unidos. Por eso, los Clouatre no supieron que existía una orden de deportación en su contra hasta una semana antes de la audiencia que terminó con su detención. Esa orden se emitió porque Paola no asistió a una audiencia migratoria cuya notificación, al parecer, fue enviada a su madre, quien no se lo hizo saber.

“Fuimos a una entrevista de ajuste de estatus donde verificaron que nuestro matrimonio era real y, ya sabes, dijeron que eso estaba bien”, dice Clouatre. La entrevista, a simple vista, parecía haber salido bien.

“Nos enteramos de la orden de deportación como una semana antes de ir a la cita e intentamos reprogramarla, pero USCIS (el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos) dijo que no, así que fuimos de todos modos”, explica Clouatre. “Fuimos honestos sobre la orden de deportación. En ese momento el entrevistador fue y le dijo a su supervisor y regresó y terminó la entrevista. Dijo que habíamos pasado y que esperáramos en el lobby los papeles sobre nuestra próxima cita”.

Aliviados, los Clouatre esperaron unos 20 minutos sentados en una sala. Sus hijos habían quedado con los padres de Adrian. Habían hecho planes para ir todos a Nueva Orleans luego de la audiencia, para que Paola y los chicos conocieran la parte francesa de la ciudad. Pero sus planes se vieron abruptamente truncados cuando tres agentes de ICE aparecieron y arrestaron a la mujer.

“Teníamos confianza en que, dado que estábamos casados y que yo era veterano, nos permitirían al menos deshacernos de la orden de deportación y no detenerla. Sabíamos que la orden de deportación probablemente causaría un problema, pero no lo supimos hasta una semana antes de ir y USCIS se negó a dejarnos reprogramar la cita, así que no tuvimos otra opción más que ir”, insiste Adrian. “Mi esposa dijo la verdad”.

Tricia McLaughlin, portavoz del Departamento de Seguridad Nacional, respondió a una consulta de CNN vía mail por comentarios sobre el caso y las condiciones de detención de la esposa de Clouatre.

“La realidad es que Lisette Paula Rosas-Campos Clouatre se encuentra en el país sin documentos. Un juez de inmigración le emitió una orden final de deportación el 12 de febrero de 2018. El presidente Trump y la secretaria Noem no van a ignorar el Estado de derecho. El 27 de mayo de 2025, presentó una moción de emergencia para reabrir su caso de inmigración. Esperamos la decisión sobre esta moción”, dice el correo.

“Los extranjeros ilegales (illegal aliens) pueden controlar su salida con la aplicación CBP Home. Estados Unidos ofrece a los extranjeros ilegales US$ 1.000 y un vuelo gratis para que se autodeporten ahora. Animamos a todas las personas que se encuentran aquí ilegalmente a aprovechar esta oferta y a reservar la oportunidad de regresar a Estados Unidos de la manera correcta y legal para vivir el sueño americano. De lo contrario, serán arrestados y deportados sin posibilidad de regresar”, añade el mensaje adjudicado a McLaughlin.

Los Clouatre venían observando el desarrollo de políticas migratorias duras desde que Donald Trump asumió su segundo mandato. Pero no pensaron que les tocarían tan de cerca.

“Cuando dijeron que iban a enfocarse en los criminales, pensamos que sería solo eso”, dice Adrian. “Pero hay personas como mi esposa, a quienes sus padres trajeron y ellos no han cometido crímenes y después de todo eso… ¿se supone que deben ser castigados”, cuestiona el hombre, mientras su hijo de dos años aparece a su lado a saludar.

Paola estaba amamantando a su hija hasta que la detuvieron. Es por eso que su marido, además de intentar combinar su trabajo en un restaurante, el cuidado de los niños y los innumerables trámites para intentar liberar a su esposa con dos viajes semanales al centro de detención rural de ICE en Monroe —a cuatro horas de su hogar—, se dedicó a insistir sin cansancio en que la prisión le permitiera usar un extractor de leche.

“Debo haber sido el esposo más pesado, pero lo logré. Ella ahora puede extraerse leche, pero la tiene que tirar cada vez. Y yo trato de llevar a la beba lo más que puedo para que la amamante y así pueda seguir produciendo leche”, dice.

Adrian, que fue parte del Cuerpo de Marines entre 2017 y 2022, y enfrentó, dice, diversos desafíos, asegura que eso lo ayuda a poder sobrellevar la pesadilla que está viviendo hoy su familia. “Estoy acostumbrado a estar en situaciones en las que no quiero estar, y a tener que luchar por ello”, describe.

Pero le preocupa cómo esto le afecta a su esposa. “Está intentando mantenerse fuerte. Sabe que, ya sabes, el abogado y yo estamos luchando por ella todos los días. Pero, bueno, al final de cuentas, lleva un mes ahí, y es una habitación con cien personas más. Nunca está en silencio. Solo les apagan las luces y pueden dormir apenas tres horas seguidas”, relata.

“Eso la está desgastando ahora. Su estado mental está empeorando. Empezó a hablar con un terapeuta allí, que la está ayudando”, dice Adrian.

CNN consultó a las autoridades sobre las condiciones de detención de Clouatre pero no obtuvo respuesta sobre este punto.

Care Holliday, abogado de la pareja y exjuez de inmigración, dice a CNN que en este caso “lo mejor es ir al juez que emitió la orden de deportación y explicar que la notificación no le fue servida a Paola, que no supo de la cita, y que reabran el proceso. Y luego podemos cerrar administrativamente o conseguir que la fiscalía lo desestime para que pueda proceder a ajustar su estatus”. Por eso, presentaron una moción para que un juez de inmigración con sede en California reabra el caso de la orden de deportación de Paola y están esperando respuesta, dice Holliday.

Mientras, Adrian continúa su lucha. Entre todo el papeleo y los trámites, también le envió una carta a la Casa Blanca, en la que le ruega a Trump que perdone a su esposa y le permita tramitar la green card. Su esposa, dice “ha sido arrancada inhumanamente de sus dos pequeños hijos estadounidenses y de su marido, un veterano estadounidense”.

CNN consultó a la Casa Blanca sobre la carta de Clouatre, pero se negaron a comentar.

“Extraño muchísimo a mi esposa; es mi mejor amiga y el amor de mi vida”, dice la carta. Y concluye: “Le ruego, presidente Trump, que reúna a mi familia por respeto a los veteranos de nuestra nación y por compasión hacia una familia estadounidense destrozada por este despiadado sistema de deportación”.

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