Israel planea retener a la población de Gaza en una "ciudad humanitaria" sobre las ruinas de Rafah, informan medios israelíes
Por Dana Karni, Mostafa Salem y Oren Liebermann
El ministro de Defensa de Israel aseguró haber instruido a las fuerzas militares para que avanzara en los planes de lo que denominó una “ciudad humanitaria” construida sobre las ruinas de Rafah, en el sur de Gaza, según informaron medios israelíes.
En una sesión informativa con periodistas el lunes, Israel Katz afirmó que la zona albergaría inicialmente a unos 600.000 palestinos desplazados que se han visto obligados por Israel a evacuar a la zona de Al-Mawasi, en la costa sur de Gaza, según informaron varios medios que asistieron a la sesión. Los palestinos que entren en la zona serán sometidos a un control para comprobar que no son miembros de Hamas.
No se les permitirá salir, afirmó Katz, según medios israelíes. Finalmente, el ministro de Defensa dijo que toda la población de Gaza —más de dos millones de palestinos— será retenida en la zona.
Katz prometió entonces que Israel implementaría un plan, propuesto inicialmente por el presidente de EE.UU. Donald Trump, para permitir que los palestinos emigren de Gaza a otros países.
Políticos israelíes, incluido el primer ministro Benjamin Netanyahu, han apoyado con entusiasmo el plan de emigración, a pesar de que ningún país ha expresado públicamente su disposición a participar. En una cena con Trump en la Casa Blanca el lunes, Netanyahu afirmó: “Trabajamos estrechamente con Estados Unidos para encontrar países que busquen hacer realidad lo que siempre han dicho: que quieren dar a los palestinos un futuro mejor, y creo que estamos cerca de encontrar varios países”.
Katz afirmó que la zona para palestinos desplazados será gestionada por organismos internacionales, no por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), según informaron medios israelíes. Las FDI asegurarían la zona a distancia, añadió Katz, en un plan que parece imitar el mecanismo de distribución de ayuda de la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF, en inglés), respaldada por Estados Unidos e Israel. La GHF opera los centros de distribución, pero las FDI los rodean militarmente.
Se desconoce qué organismos aceptarían participar en el plan de Katz, sobre todo porque la mayoría de las organizaciones internacionales se niegan a participar en los centros de distribución de GHF debido a serias preocupaciones sobre la imparcialidad y la seguridad de la población palestina. Cientos de palestinos han muerto intentando acercarse a los centros de distribución desde que comenzaron a operar hace un mes, según funcionarios de salud de Gaza y las Naciones Unidas.
Un portavoz de Katz no ha respondido a las reiteradas solicitudes de comentarios.
Preguntado sobre el plan en una conferencia de prensa este martes por la noche, el portavoz de las FDI, el general de brigada Effie Defrin, afirmó que los militares “presentarán varias opciones a la cúpula política”.
“Cada opción tiene sus implicaciones. Actuaremos de acuerdo con las directrices de la cúpula política”, añadió Defrin.
Este martes, el ministro de Asuntos Exteriores británico, David Lammy, dijo que el Reino Unido se opone al nuevo plan, al igual que se opuso a la Fundación Humanitaria de Gaza.
“Me sorprenden las declaraciones que he visto del Sr. Katz en las últimas 24 horas”, afirmó Lammy ante una comisión parlamentaria. “Contradicen la proximidad de un alto el fuego al que creía que nos dirigíamos”. Lammy agregó que no reconoce el plan “como un contexto serio en el que la población de Gaza pueda obtener la ayuda y el apoyo que necesita en este momento”.
En un comunicado emitido este martes, Hamas afirmó que los “persistentes esfuerzos de Israel por desplazar por la fuerza a nuestro pueblo e imponer una limpieza étnica se han topado con una resiliencia legendaria. Nuestro pueblo se ha mantenido firme frente a la matanza, el hambre y los bombardeos, rechazando cualquier futuro dictado desde las oficinas centrales de inteligencia o las mesas de negociación política”.
Michael Sfard, abogado israelí de derechos humanos, indicó que el plan de Katz equivale al traslado forzoso de una población como preparación para la deportación. Ambos constituyen crímenes de guerra, comentó Sfard a CNN.
“Si se llevan a cabo a gran escala —comunidades enteras— pueden constituir crímenes de guerra”, dijo Sfard, descartando la idea de que cualquier salida de Gaza pueda considerarse voluntaria.
“No hay salida consensuada. No hay salida voluntaria. La gente huirá de Gaza porque Israel les impone medidas coercitivas que les harían la vida imposible”, explicó. “Según el derecho internacional, no es necesario subir a gente a camiones a punta de pistola para cometer el delito de deportación”.
Un alto diplomático de Emiratos Árabes Unidos (EAU), considerado uno de los países clave en cualquier plan para la Gaza de posguerra, afirmó que expulsar a los palestinos del enclave sería inaceptable. “EAU ha rechazado pública y categóricamente el desplazamiento forzoso de palestinos… nuestra postura, tanto pública como privada, es que rechazamos el desplazamiento forzoso de cualquier palestino del territorio ahora para reconstruir Gaza”, afirmó Lana Nusseibeh a CNN.
Qatar, que ahora acoge conversaciones indirectas entre Israel y Hamas, también rechazó la deportación de la población de Gaza. “Hemos dicho muy claramente que estamos en contra de cualquier reubicación forzada de palestinos, o cualquier reubicación de palestinos fuera de su tierra”, dijo el martes Majed Al Ansari, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Qatar.
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