Por Rebekah Riess, Chris Boyette, Emily Smith, Angela Fritz y Danya Gainor

El número de muertos por las mortíferas inundaciones que devastaron Texas el 4 de julio ascendió a al menos 119, según informaron este miércoles las autoridades en una conferencia de prensa a medida que crecen los interrogantes en torno al accionar de los funcionarios ante la tragedia.

Hasta las 8:00 am de este miércoles, se habían reportado 95 muertes solo en el condado de Kerr, incluyendo 36 niños, según el sheriff del condado, Larry Leitha.

Las autoridades informan que 150 personas siguen desaparecidas en el área de Kerr, incluyendo cinco acampantes y un consejero del campamento Mystic. Al menos una docena están desaparecidos en otras partes del Estado.

Los funcionarios del Gobierno de Texas enfrentan acaloradas preguntas de periodistas y miembros de la comunidad sobre cuánto se hizo, o no, en las horas de la noche del viernes cuando el río Guadalupe se inundó, arrasando edificios y personas a su paso.

Cinco días después de las inundaciones, las autoridades aún no han proporcionado un cronograma claro.

En una sesión informativa ayer, varios evadieron la pregunta o se pusieron a la defensiva al ser preguntados sobre cómo se desarrolló la respuesta del condado de Kerr.

“Estamos en proceso de establecer un cronograma; eso llevará algo de tiempo”, declaró el sheriff del condado, Larry Leitha.

Mientras continúan las labores de búsqueda, persisten las preguntas sobre qué sucedió durante esas horas cruciales, si los sistemas de alerta existentes habrían funcionado y si los preparativos adicionales antes de las inundaciones podrían haber salvado vidas.

A nivel local, hay un lapso clave de tres horas en el que no está claro si las alertas enviadas por el Servicio Meteorológico Nacional se transmitieron a las autoridades locales; y a nivel de campamentos de verano, existen dudas sobre políticas que incluyeron la prohibición de teléfonos celulares y la limitación del uso de walkie-talkies, según un consejero.

Mientras tanto, el gobernador de Texas, Greg Abbott, ordenó este miércoles que las banderas del Estado ondearan a media asta en honor a las víctimas.

“Texas se une en el duelo y en nuestra determinación de apoyar a quienes luchan por sanar y recuperarse”, declaró el gobernador en un comunicado de prensa. “Que Dios brinde consuelo a cada familia afectada y fortaleza a los miles de socorristas que aún trabajan en el terreno”.

Las banderas permanecerán a media asta hasta el amanecer del lunes 14 de julio, según el comunicado.

Abbott, quien recorrió la zona devastada ayer, dijo además que el estado del sistema de alerta de emergencia se abordará durante una sesión especial de la legislatura estatal a finales de este mes.

Dos días antes de la inundación, un inspector estatal visitó el campamento Mystic, el campamento juvenil donde murieron al menos 27 personas, y certificó que contaba con un plan de emergencia, según registros obtenidos por CNN. El informe plantea nuevas preguntas sobre el plan y su estricto cumplimiento.

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