Por Ben Morse, CNN

Aunque el Chelsea se robó el espectáculo en la cancha en una demostración magistral contra el Paris Saint-Germain, el presidente de EE.UU., Donald Trump, fue sin duda el centro de atención en la final de la Copa Mundial de Clubes de la FIFA.

Trump y la primera dama, Melania Trump, estuvieron en el MetLife Stadium, en Nueva Jersey, para presenciar el desempeño dominante de los Blues contra el PSG, cuando dos goles de Cole Palmer y uno de la nueva incorporación João Pedro le dieron al Chelsea una victoria de 3-0 para convertirse en los ganadores inaugurales de la competencia de nuevo formato.

Pero para Trump, fue una tarde llena de acontecimientos desde su primera aparición frente a sus aficionados.

Él y la primera dama fueron ovacionados a su llegada al Estadio MetLife, pero cuando apareció en las pantallas durante el himno nacional previo al partido, Trump recibió algunos abucheos. Fue abucheado de nuevo más tarde, después del partido, cuando entregaba medallas a los jugadores en el campo junto al presidente de la FIFA, Gianni Infantino.

Pero la recepción hostil por parte de algunos de los asistentes no fue el final para el hombre de 79 años, quien aparecía con frecuencia en la transmisión televisiva del juego sentado junto a Infantino.

CNN informó que se esperaba que la secretaria de Justicia, Pam Bondi, también asistiera, ya que está bajo presión por la publicación de un memorando sobre el presunto traficante sexual Jeffrey Epstein.

La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, también fue vista en la suite por la cámara que graba las actividades oficiales siguiendo al presidente y Associated Press informó que el secretario de Transporte, Sean Duffy; la leyenda de la NFL, Tom Brady; y el magnate de los medios, Rupert Murdoch, también se unieron al presidente.

Tras entregar el trofeo de campeón al capitán del Chelsea, Reece James, junto a Infantino, Trump permaneció en el escenario mientras el jefe de la FIFA se marchaba. Al parecer, hubo cierta confusión entre los jugadores del Chelsea sobre si debían esperar a que Trump se marchara antes de proceder a la ceremonia de entrega del trofeo.

Pero después de unos momentos, el portero del Chelsea, Robert Sánchez, de pie al otro lado de Trump, le hizo un gesto a James para que siguiera adelante, mientras Trump estaba de pie en el centro del escenario.

Esto dio lugar a la inusual imagen del equipo del Chelsea celebrando su victoria en el torneo con el presidente de Estados Unidos en medio de todo.

Posteriormente, los jugadores del Chelsea expresaron su desconcierto ante la presencia de Trump en el escenario. Como es habitual en el fútbol, la ceremonia de entrega de trofeos corresponde a los jugadores y al personal del equipo ganador.

“Sabía que iba a estar aquí, pero no sabía que iba a estar en el estrado cuando levantamos el trofeo, así que estaba un poco confundido”, dijo Palmer, quien fue nombrado jugador del torneo.

James añadió: “Antes me dijeron que iba a entregar el trofeo y salir del escenario. Pensé que se iba a ir, pero quería quedarse”.

Hubo confusión en las redes sociales y aparecieron videos que mostraban a Infantino dándole a Trump una medalla de ganador.

CNN Sports se comunicó con la FIFA para preguntar si el organismo le dio específicamente una medalla a Trump y si se suponía que debía estar en el escenario durante la ceremonia de entrega del trofeo.

“Supongo que fue una sorpresa lo de hoy”, dijo Trump a los periodistas tras regresar a Washington tras la victoria del Chelsea, según AP. “Pero fue un gran partido”.

Fue una final única para un torneo único, en el que hubo partidos jugados bajo un calor abrasador, partidos retrasados por tormentas eléctricas y equipos de todo el mundo reunidos para competir entre sí.

La final, a diferencia de otros grandes partidos de fútbol, tuvo el habitual espectáculo espectacular que acompaña a un evento deportivo estadounidense con una actuación en el entretiempo, en el que participó la banda de rock británica Coldplay, quienes hicieron una aparición sorpresa junto a J Balvin, Doja Cat, Tems y Emmanuel Kelly.

La Copa del Mundo de la FIFA se jugará en Estados Unidos, Canadá y México en menos de 12 meses, y las cosas podrían volverse aún más grandes e inusuales de lo normal.

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