Por Catherine E. Shoichet, CNN

¿Qué tienen en común el hombre más rico del mundo, un candidato a la alcaldía de Nueva York y una comediante que fue copresentadora de “The View”?

En las últimas semanas, el presidente Donald Trump ha hecho comentarios que implican que su ciudadanía estadounidense podría estar en peligro.

Trump dijo a periodistas que estudiaría la posibilidad de deportar a Elon Musk. Amenazó con detener a Zohran Mamdani. Y publicó en las redes sociales que está considerando seriamente revocar la ciudadanía de Rosie O’Donnell.

Los comentarios se producen cuando su administración también está compartiendo planes más amplios para dar prioridad a la desnaturalización, el proceso legal utilizado para despojar a las personas de su ciudadanía.

¿Qué ha dicho exactamente Trump, qué probabilidades hay de que esto ocurra y cuál es el contexto general de estas declaraciones?

Aquí, algunas preguntas y respuestas clave.

Al ser consultado por un reportero a principios de este mes sobre si deportaría a Musk, Trump dijo: “No lo sé, quiero decir, tendremos que echar un vistazo”.

Hizo una declaración similar cuando otro reportero le preguntó qué haría si Mamdani desafía al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos en Nueva York.

“Tendremos que detenerlo. Mira, no necesitamos un comunista en este país, pero si tenemos uno, voy a vigilarlo muy de cerca en nombre de la nación”, dijo Trump.

El presidente de EE.UU. añadió: “Mucha gente está diciendo que está aquí ilegalmente. Vamos a mirarlo todo”. No hay pruebas de que Mamdani esté en el país ilegalmente, aunque un legislador conservador ha pedido que se investigue su ciudadanía.

Tanto Musk como Mamdani son ciudadanos naturalizados estadounidenses. Musk nació en Pretoria, Sudáfrica y obtuvo la nacionalidad estadounidense en 2002, según las biografías del multimillonario. Mamdani nació en Kampala, Uganda y obtuvo la nacionalidad estadounidense en 2018.

Respecto a O’Donnell, Trump publicó en Truth Social que la comediante “no está en el mejor interés de nuestro Gran País”.

“Estoy considerando seriamente quitarle la ciudadanía”, escribió Trump, calificando a la actriz nacida en EE.UU. de “Amenaza para la Humanidad”.

Fue la última andanada en una larga disputa entre Trump y O’Donnell que se ha reproducido con frecuencia en las redes sociales. Trump no ha explicado los motivos de su última publicación.

O’Donnell, que se trasladó a Irlanda con su hijo de 12 años en enero, había criticado recientemente la forma en que su administración gestionó las devastadoras inundaciones en Texas. O’Donnell dijo a principios de este año que estaba en proceso de obtener la ciudadanía irlandesa, ya que tiene abuelos irlandeses.

Musk: en respuesta a un video de las declaraciones de Trump compartido en X, Musk dijo: “Tan tentador escalar esto. Muy, muy tentador. Pero me abstendré por ahora”. Musk no ha respondido a una pregunta de CNN sobre los comentarios de Trump. En el pasado, el multimillonario ha negado las acusaciones de que comenzó su carrera trabajando ilegalmente en Estados Unidos.

Mamdani: el aspirante a la alcaldía de Nueva York censuró los comentarios del presidente en una rueda de prensa al día siguiente: “Ayer, Donald Trump dijo que debería ser arrestado, dijo que debería ser deportado, dijo que debería ser desnaturalizado, y dijo esas cosas sobre mí, alguien que se postula para ser el primer alcalde inmigrante de esta ciudad en generaciones, alguien que también sería el primer musulmán y el primer alcalde del sur de Asia en la historia de la ciudad. Y ha dicho esas cosas no tanto por quién soy, por mi procedencia, por mi aspecto o por mi forma de hablar, sino más porque quiere distraer de aquello por lo que lucho”.

O’Donnell: la antigua copresentadora de “The View” contraatacó en Instagram, comparando a Trump con un personaje de “Gane of Thrones” notoriamente petulante y malvado: “¿Quieres revocarme la ciudadanía? Adelante, inténtalo, rey Joffrey con un bronceado en aerosol de mandarina. No estoy a tu disposición para silenciarme. Nunca lo estuve”.

Musk, Mamdani y O’Donnell son figuras de alto perfil cuyas diferencias políticas con el presidente son bien conocidas. Pero los comentarios de Trump sobre su ciudadanía abonan sobre cuestiones preexistentes.

En el pasado reciente, las desnaturalizaciones eran raras, con un promedio de solo 11 casos por año entre 1990 y 2017, según el Centro de Recursos Legales para Inmigrantes. El número de presentaciones aumentó después de que el Departamento de Justicia abriera una oficina centrada en la desnaturalización durante el primer mandato de Trump.

Esa oficina se cerró silenciosamente durante la administración de Biden, pero la segunda administración de Trump no ha ocultado su deseo de aumentar la desnaturalización como parte de sus medidas enérgicas contra la inmigración. Stephen Miller ha prometido que el renovado esfuerzo será “turboalimentado”.

Y un memorando emitido por el Departamento de Justicia el mes pasado ordenó a los abogados de la división civil priorizar la desnaturalización “en todos los casos permitidos por la ley”. El memorando también sugiere que las fiscalías de EE.UU. de todo el país señalen los casos en los que puedan iniciar procedimientos de desnaturalización.

No está claro si la administración de Trump actuará con base en los comentarios del presidente en referencia a la ciudadanía de Musk, Mamdani u O’Donnell.

“Las palabras de Trump no siempre nos dicen lo que va a hacer. Es difícil saber qué concluir de ello”, dice Matthew Hoppock, un abogado de inmigración en Kansas que ha representado a clientes en procesos de desnaturalización.

“No sé si deberíamos tomarle la palabra, porque muchos de estos (comentarios) no son declaraciones planeadas; son en respuesta a cosas que dicen los periodistas”, añade.

Y en el pasado, cuando el Gobierno de Trump anunció planes para aumentar la desnaturalización durante su primera administración, el número de casos que los funcionarios finalmente persiguieron fue menor de lo prometido.

Durante la primera administración Trump, los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos anunciaron que remitirían 1.600 casos de desnaturalización al Departamento de Justicia.

Al final, se presentaron poco más de 100 casos de desnaturalización durante el primer mandato de Trump, según el Departamento de Justicia.

La legislación estadounidense utilizada para revocar la ciudadanía de los estadounidenses naturalizados esboza dos motivos generales para tales casos:

-Obtención ilegal de la naturalización

-Ocultación de un hecho material o tergiversación intencionada.

Durante años, la ley se utilizó sobre todo para perseguir a criminales de guerra, incluidos antiguos nazis que se convirtieron en ciudadanos estadounidenses mintiendo.

Pero la desnaturalización es poco frecuente. Y para el gobierno, acusar a alguien de ocultar un hecho material en su solicitud o de convertirse en ciudadano ilegalmente es solo el principio.

“Todavía tiene que ser un proceso que tiene lugar ante un tribunal federal de distrito, y (…) el gobierno tiene la carga de probarlo con evidencias claras y convincentes”, dice Muzaffar Chishti, investigador principal en el Instituto de Política Migratoria no partidista.

Y ganar ese caso en los tribunales puede ser difícil.

“Trump no puede desnaturalizar ni a Musk ni a Mamdani. Solo puede un tribunal. Y hay un proceso. Y un listón muy alto para ello”, dice Chishti.

O’Donnell es ciudadana estadounidense nacida en Long Island, Nueva York.

Los expertos afirman que un presidente no puede retirar unilateralmente la ciudadanía a alguien que, como O’Donnell, nació en Estados Unidos. La ley esboza una serie de circunstancias en las que alguien puede perder su ciudadanía si realiza determinadas acciones voluntariamente “con la intención de renunciar a la nacionalidad estadounidense”.

“Según la ley, no existe ningún mecanismo para que cualquier ciudadano estadounidense nacido por naturaleza pierda su ciudadanía que no sea la renuncia (renunciar a ella voluntariamente) o el fallecimiento”, afirma Hoppock. “Incluso si el Congreso creara alguna ley que lo hiciera posible, la Corte Suprema ha sostenido que tal ley sería inconstitucional”.

A principios de este mes, el portavoz del Departamento de Justicia, Chad Gilmartin, dijo que se habían presentado cinco casos de desnaturalización desde el regreso de Trump al poder. “MÁS EN EL CAMINO”, escribió en X en una serie de publicaciones que incluían una página del memorando que describe las directrices actualizadas del Departamento de Justicia para la práctica. El post de Gilmartin no proporcionaba detalles adicionales sobre los casos de desnaturalización archivados.

Un comunicado de prensa de junio del departamento describe la reciente desnaturalización de un soldado retirado del Ejército de EE.UU. que se declaró culpable en 2014 de recibir pornografía infantil.

El reciente memorando del Departamento de Justicia señala que los abogados deben dirigir su trabajo de desnaturalización a cualquier persona que represente “un peligro potencial para la seguridad nacional”. También dice que se debe dar prioridad a las personas que han cometido delitos violentos, son miembros o asociados de pandillas y cárteles de la droga o han cometido fraude.

Algunos expertos en leyes de inmigración han expresado su preocupación de que el memorando pueda llevar a la administración a buscar retroactivamente errores en el proceso de naturalización de supuestos oponentes políticos.

“La politización de los derechos de ciudadanía es algo que realmente me preocupa”, dijo a CNN Cassandra Burke Robertson, profesora de Derecho de la Universidad Case Western Reserve.

El Departamento de Justicia dijo a CNN en un comunicado a principios de este mes que los procedimientos de desnaturalización “solo se llevarán a cabo según lo permitido por la ley y con el apoyo de pruebas contra las personas que obtuvieron ilegalmente o tergiversaron los hechos en el proceso de naturalización”.

Chishti, del Migration Policy Institute, dice que los comentarios de Trump sobre Musk y Mamdani significan un cambio notable en la forma en que se está debatiendo la desnaturalización.

“Este es un capítulo totalmente diferente de ir tras tus enemigos políticos que no tiene precedentes realmente”, dice. “No es que no hayamos tenido antecedentes de desnaturalización. Pero la animadversión política nunca ha levantado su fea cabeza en nuestro proceso. Esto parece claramente impulsado por una motivación política. Y eso es lamentable”.

Hoppock dice que los recientes comentarios del presidente sobre O’Donnell parecen ir en una línea similar.

“Es una señal extremadamente preocupante de un presidente que parece no tener ninguna preocupación por la Constitución”, escribió en un correo electrónico.

Cuando se le pidió una respuesta, la portavoz de la Casa Blanca, Abigail Jackson, no se refirió a las afirmaciones concretas de Chishti y Hoppock, pero cuestionó su experiencia y señaló que en el pasado habían hecho donaciones a demócratas.

Por sí solos, los comentarios de Trump sobre Musk y Mamdani podrían no tener gran repercusión, según Chishti. Pero junto con la decisión del Gobierno de revocar visados y tarjetas de residencia a personas por sus opiniones políticas y su política exterior, el posible efecto amedrentador es evidente.

“La gente, incluso los ciudadanos naturalizados, empezarán a tener cuidado con todo lo que digan. Porque… ni siquiera el éxito del caso es importante. Es el hecho de que… ejercer el derecho de la Primera Enmienda a expresar tu opinión puede llevarte a un procedimiento de desnaturalización. Eso es muy preocupante”, dice Chishti.

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Hannah Rabinowitz, Donald Judd, Kit Maher y Hadas Gold de CNN contribuyeron a este reporte.