Por Brian Stelter y Liam Reilly, CNN

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, promete demandar al Wall Street Journal (WSJ) y a su propietario, Rupert Murdoch, por la explosiva historia del medio de comunicación sobre una carta de cumpleaños de 2003 a Jeffrey Epstein con el nombre de Trump y un dibujo de una mujer desnuda.

“Le dije a Rupert Murdoch que era una estafa, que no debía publicar esa historia falsa. Pero lo hizo, y ahora voy a demandarlo a él y a su periódico de tercera categoría”, escribió Trump en Truth Social en la noche del jueves.

La mañana de este viernes, Trump continuó con el tema: “Espero con ansias hacer que Rupert Murdoch testifique en la demanda que interpondré contra él y contra su ‘montón de basura’ de periódico, el WSJ”.

Trump tiene una larga historia de amenazas legales contra medios de comunicación, y no siempre terminan en demandas reales. En este caso, no especificó exactamente por qué demandará al periódico, aunque su equipo hizo referencia a “mentiras difamatorias”.

Sin embargo, la mera amenaza de una demanda abrió un nuevo capítulo en la relación entre Trump y Murdoch, el patriarca de 93 años que controla el WSJ, Fox News y otras marcas de medios conservadores.

La relación es a menudo beneficiosa para ambos, pero ocasionalmente se torna mala, ya que los dos hombres maniobran por el poder. Un ejecutivo que ha trabajado cerca de Murdoch le dijo a CNN: “A Rupert le encanta meterle el dedo en el ojo al presidente de vez en cuando”.

Un portavoz del WSJ se negó a hacer comentarios sobre la amenaza de Trump o sobre la afirmación de que había hablado directamente con Murdoch antes de la publicación.

En una declaración anterior publicada en Truth Social, el equipo de Trump dijo que él “personalmente” advirtió a Murdoch que la carta era “FALSA”.

“El Sr. Murdoch afirmó que se encargaría de ello pero, obviamente, no tenía el poder para hacerlo”, decía la declaración.

Además, la editora en jefe del WSJ, Emma Tucker, “fue informada directamente por Karoline Leavitt, y por el presidente Trump, de que la carta era FALSA, pero Emma Tucker no quiso escuchar”.

La declaración confirmó rumores que circulaban en círculos políticos y mediáticos: a saber, que la Casa Blanca intentaba impedir que el WSJ publicara una historia relacionada con Trump y Epstein.

El rumor sobre una historia potencialmente embarazosa comenzó poco después de que Trump desestimara la creciente controversia sobre Epstein al decir que se trataba de un “engaño” inventado por los demócratas para perjudicarlo y de que regañara a sus propios seguidores llamándolos “estúpidos” y “tontos” por preocuparse por ello.

Según el WSJ, la publicación intentó obtener comentarios del presidente al respecto de la historia el día martes. Sus dichos de que se trataba de un “engaño” llegaron el miércoles por la mañana.

Según la historia del WSJ, Trump dijo a la publicación: “Voy a demandar al Wall Street Journal como ya he demandado a todos los demás”.

La confianza de Trump posiblemente derive de sus demandas contra ABC News y CBS News, ambas resueltas con acuerdos legales que dirigieron dinero hacia la futura biblioteca presidencial de Trump.

Pero la amenaza legal no disuadió al WSJ de publicar.

La historia, titulada “Jeffrey Epstein’s Friends Sent Him Bawdy Letters for a 50th Birthday Album. One Was From Donald Trump” (en español: “Los amigos de Jeffrey Epstein le enviaron cartas subidas de tono para su 50º cumpleaños. Una de ellas era de Donald Trump”), ascendió inmediatamente al primer lugar en la lista de artículos más leídos del WSJ. También apareció en la portada de la edición impresa de este viernes.

Dentro de la redacción del WSJ, los empleados expresaron orgullo por la decisión de publicar el informe a pesar del intento del presidente de frenarlo. Varios empleados lo calificaron como un acto “valiente”.

Dependiendo del día y el ciclo de noticias, Trump se refiere al imperio mediático de Murdoch como un aliado valioso o como un enemigo despiadado.

Desde su regreso a la Casa Blanca en enero, Trump ha estado particularmente perturbado por los editoriales del WSJ, que son independientes de la redacción. Ha sido tanto elogioso como crítico con Murdoch, lo que refleja la complejidad de una relación que se remonta a décadas atrás.

La máquina mediática derechista de Murdoch jugó un papel clave en la llegada de Trump a la presidencia. Murdoch inicialmente disfrutó el impresionante grado de influencia que tenía con la Casa Blanca de Trump. Pero en 2020, se desilusionó personalmente, incluso cuando los presentadores más populares de Fox siguieron promoviendo la agenda de Trump.

Los medios de Murdoch se distanciaron del presidente después del ataque del 6 de enero de 2021, y el magnate le dijo a un colega que “queremos convertir a Trump en una no persona”, según correos electrónicos obtenidos a través de batallas judiciales por la transmisión de Fox de mentiras sobre las elecciones de 2020.

Pero cuando la base republicana volvió a abrazar a Trump, también lo hizo Murdoch, lo que llevó a sus críticos a afirmar que el empresario de los medios estaba protegiendo los intereses financieros de su familia.

En muchos sentidos, los dos hombres aún se ayudan mutuamente, a pesar de las cicatrices que se han acumulado a lo largo de los años.

“Rupert Murdoch está en una clase propia, es un tipo increíble”, exclamó Trump una tarde de febrero cuando Murdoch pasó por el Despacho Oval mientras las cámaras grababan.

Murdoch ahora es presidente emérito de sus empresas, tras dejar espacio para que su hijo Lachlan maneje los negocios en el día a día. Lachlan fue visto con Trump durante la final del Mundial de Clubes de la FIFA en el MetLife Stadium el fin de semana pasado.

Pero en los últimos días, cuando Trump quiso persuadir al WSJ de cancelar la historia, recurrió directamente al patriarca, sin éxito.

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