El pueblo mexicano donde las políticas migratorias de Trump pegan más fuerte: las remesas bajan y crece la incertidumbre
Por Rey Rodríguez, CNN en Español
“No sé qué pasaría si dejara de recibir ese dinero”, dice María Eugenia Valenzuela, quien reza todos los días por sus dos hijos que viven en Estados Unidos y que representan su sostén luego de que dejara de trabajar por enfermedad.
El endurecimiento de las políticas migratorias del presidente Donald Trump ha generado miedo e incertidumbre entre los migrantes en Estados Unidos, pero también en lugares, como Tonatico, en el sur del Estado de México, un pueblo donde la mayoría de sus habitantes viven de las remesas que envían sus familiares que trabajan del otro lado de la frontera.
“Sería preocupante que los regresaran o que les hicieran algo, verdad”, dice Valenzuela con angustia al escuchar los rumores de más redadas o deportaciones masivas en el vecino país del norte y que se han venido dando tras el regreso de Trump a la Casa Blanca.
Lo que le mandan sus hijos le sirve para comprar la comida, sus medicinas, ropa y zapatos, entre otros gastos de la casa. “Porque pues no me mandan mucho, verdad, allá ellos también tienen sus gastos, pero yo lo voy administrando, como se puede decir, lo voy estirando”.
Luis Alberto Sotelo Morales se dedica a decorar casas y negocios, aunque también ha pintado varios de los murales que adornan algunas de las calles de Tonatico. Asegura que las medidas de Trump lo han afectado al punto de casi quedarse sin trabajo.
“La cantidad de trabajo que me mandaban de allá bajó completamente, en lo que va del año he realizado como dos proyectos o tres. En años anteriores, en el periodo presidencial de Biden, yo recibía entre 25 a 30 proyectos al año. Eran buenos proyectos pagados con dólares”, asegura Sotelo Morales.
Dice que Tonatico es un pueblo de contrastes, “en una misma calle uno puede ver casas antiguas y enfrente otras muy modernas, construidas con dinero de los migrantes”.
“Se van porque no tienen recursos aquí en México y ellos con ese sacrificio que hacen allá logran reunir para, primero y lo más importante es comer, tener con qué comer, cómo atenderse la salud y conforme van avanzando juntan dinero para demoler sus casas viejas y hacer las casas nuevas”, señala este muralista al referirse a la historia reciente de este pueblo.
Jaime Cruz, su vecino, dice estar pasando por la misma situación. En 1994 se fue a trabajar a Estados Unidos. Ahora lleva cuatro años viviendo en Tonatico donde montó un taller de tapicería, un oficio que aprendió de su padre.
“Antes llegaban las personas, los clientes aquí, y dicen: ‘Pero te voy a dar el dinero en una semana cuando me mande mi hijo’, pero ahora ya no”, dice al referirse a la situación por la que están pasando muchos en el pueblo.
“Ahora sí ha bajado un poquito más porque ya no le están mandando la misma cantidad de dinero y ya es cuando ellos mismos me dicen, mira, espérame porque no me ha mandado mi hijo, no me ha mandado mi familiar.”
Cuenta que la mayoría de los ancianos en Tonatico se benefician de las remesas que mandan sus familiares. “Yo tengo mi oficio aquí pero cuando necesito una ayuda también me apoyan”, dice Cruz, quien tiene también a su hermana mayor viviendo en Estados Unidos.
Según el Banco de México, en febrero, un mes después de la llegada de Trump a la Casa Blanca, las remesas a México cayeron un 0,8 por ciento a tasa anual. Aunque en marzo alcanzaron los US$ 5.150 millones, un aumento de 2,7 % con respecto al mismo mes del año anterior y con un envío promedio de 383 dólares.
La institución señala que ese monto de marzo marca un repunte luego de tres meses consecutivos de bajas, aunque el Banco de México no mencionó las razones de esas variaciones. Estados como Jalisco, Michoacán y Guanajuato están entre los que más remesas recibieron.
Tonatico, con casi 26.000 habitantes, es una de los 177 “Pueblos Mágicos” de México, reconocidos por la Secretaría de Turismo por su historia, sus atractivos culturales y sus tradiciones.
Fernando Colín Rodríguez tiene un restaurante en el centro del pueblo. Cuando tenía 10 años se fue con toda su familia a Estados Unidos, donde vivió gran parte de su vida. Pero con el tiempo decidió regresar. Asegura que, por ahora, la caída en las remesas que llegan al pueblo no están afectando su negocio ya que sus clientes son, en su mayoría, turistas.
“La mayoría son gente que viene de Toluca, la capital del Estado o de la misma ciudad de México. Llegan generalmente los fines de semana, que es cuando estamos más ocupados”, dijo Colín.
Como la mayoría de los pobladores, Colín Rodríguez espera que las cosas se normalicen y que las nuevas políticas antiinmigratorias de Trump no pongan en riesgo la vida de un pueblo que alcanzó su esplendor gracias a las remesas que mandan quienes decidieron irse a trabajar a Estados Unidos.
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