¿Qué es la acreditación y qué pasaría si la Universidad de Columbia la pierde?
Por Hanna Park, CNN
La Universidad de Columbia podría enfrentarse a consecuencias de gran alcance a medida que el gobierno de Trump amenaza su acreditación y acusa a la universidad de violar las leyes federales contra la discriminación.
La posible pérdida de la acreditación plantea preguntas sin respuesta y presenta serios riesgos para Columbia, o cualquier otra institución de educación superior, a medida que se intensifica una batalla de grandes consecuencias entre la Casa Blanca y las universidades de todo el país.
Es necesario tener la acreditación para que los estudiantes gocen de elegibilidad para préstamos estudiantiles federales y becas o subvenciones Pell, y perderla tendría un impacto directo en los estudiantes y profesores.
Esto es lo que sabemos sobre lo que podría significar para Columbia perder la acreditación.
El Departamento de Educación anunció el miércoles que había notificado a la agencia de acreditación de Columbia, la Middle States Commission on Higher Education, sobre la supuesta violación por parte de la universidad del Título VI de la Ley de Derechos Civiles, y dijo que la universidad “ya no parece cumplir” con los estándares de acreditación de la comisión.
Las decisiones de acreditación son tomadas por organismos de acreditación independientes, reconocidos a nivel federal y llevan un largo proceso, pero la nueva declaración del Departamento de Educación le ejerce una presión mayor a Columbia.
Según el Departamento de Educación, es un proceso de revisión de pares, en el que se evalúan los programas y las instituciones de educación superior para garantizar que cumplan con los estándares básicos de calidad. Los estándares son establecidos por agencias de acreditación, que son organizaciones privadas que trabajan con instituciones educativas para establecer puntos de referencia. Es un sistema de suma importancia que determina qué instituciones pueden acceder a miles de millones de dólares en ayuda financiera federal.
El sitio web del Departamento de Educación dice: “la práctica de la acreditación surgió en Estados Unidos con el fin de garantizar un nivel básico de calidad, como un medio para llevar a cabo una evaluación no gubernamental entre pares y homólogos, de las instituciones y los programas educativos”.
Si la institución o programa cumplen con los estándares de la agencia, obtienen la acreditación y aparecen en las publicaciones oficiales. Pero eso no es todo. Las agencias de acreditación monitorean las universidades y las reevalúan periódicamente para asegurarse de que continúen cumpliendo con los estándares requeridos.
Hay dos formas de acreditación: la institucional, para universidades enteras, y la especializada, para programas específicos como los de derecho o enfermería. Algunos acreditadores también evalúan las instituciones vocacionales. El sistema ayuda a identificar centros de enseñanza de calidad, facilitar las transferencias de los créditos educativos entre ellas, garantizar la obtención de la ayuda federal y establecer estándares de licencias profesionales. El Consejo para la Acreditación de la Educación Superior garantiza que las agencias de acreditación mantengan estándares rigurosos.
Estados Unidos cuenta con numerosas agencias de acreditación, pero solo aquellas reconocidas por el Departamento de Educación son consideradas una autoridad confiable en materia de calidad educativa. Actualmente, el departamento reconoce a decenas de agencias de acreditación.
La pérdida de la acreditación podría tener consecuencias dramáticas para los estudiantes de Columbia, haciendo que sus créditos académicos no sean elegibles para la transferencia y potencialmente descalificándolos para la admisión a muchos programas de posgrado, que generalmente requieren un título obtenido en una institución acreditada. Y también se requiere acreditación para los préstamos estudiantiles federales y la elegibilidad para las becas Pell.
El miércoles, Columbia dijo en un comunicado que está “al tanto de las preocupaciones planteadas” por el gobierno y que ha “abordado esas preocupaciones directamente con la Middle States Commission on Higher Education”.
“Columbia está profundamente comprometida con la lucha contra el antisemitismo en nuestro campus. Nos tomamos este problema en serio y continuamos trabajando con el gobierno federal para abordarlo”, dijo la universidad.
Pero la Casa Blanca tiene una opinión completamente diferente.
“Después del ataque terrorista de Hamas contra Israel el 7 de octubre de 2023, el liderazgo de la Universidad de Columbia actuó con deliberada indiferencia con relación al acoso a los estudiantes judíos en su campus”, dijo el miércoles la secretaria de Educación de Estados Unidos, Linda McMahon.
“Esperamos que la Comisión mantenga al Departamento completamente informado de las acciones tomadas para garantizar el cumplimiento de Columbia con los estándares de acreditación, incluido el cumplimiento de las leyes federales de derechos civiles”, agregó McMahon.
La Middle States Commission on Higher Education, una de las principales agencias de acreditación del país, actúa como acreditadora de la Universidad de Columbia.
“Todo lo que se hace en nombre de la institución, incluidos todos los programas y servicios académicos, cae dentro de su alcance de acreditación”, se lee en el sitio web de la comisión.
La Universidad de Columbia iba a someterse a una revisión de acreditación por parte de la comisión durante el año académico 2024-25, según el periódico estudiantil Columbia Spectator. La universidad fue acreditada previamente en 2015-2016, con una revisión anterior en 2005- 2006. El proceso es crucial para mantener el acceso a la ayuda federal para estudiantes, incluidas las subvenciones y los préstamos, y sirve como medida de la calidad académica.
La comisión dijo que recibió una carta sobre el asunto, pero que “no tiene ningún comentario en este momento”.
Columbia se ha estado preparando para la revisión desde principios de 2023 mediante la formación de un comité directivo y seis grupos de trabajo encargados de abordar siete estándares básicos de acreditación, entre ellos: la gobernanza, la ética, la efectividad educativa y la mejora institucional, escribió el periódico.
En septiembre, la Oficina del Vicerrector de Programas Académicos publicó un borrador de informe del autoestudio de 103 páginas que describe el cumplimiento de Columbia con los puntos de referencia de acreditación.
“Nos brinda la oportunidad de mostrar el trabajo que estamos haciendo y nuestra evolución continua como institución”, dijo Dana Palmer, rectora asociada senior de programas académicos, al periódico estudiantil. — Y cómo es la vida estudiantil fuera del aula, desde una perspectiva muy multidimensional.”
En el pasado, las instituciones de educación superior han perdido la acreditación, o se la han revocado y restablecido.
Según el servicio de noticias de la Iglesia, en 2004, Barber-Scotia College, una institución que históricamente matricula a un estudiantado negro, fundada por la Iglesia Presbiteriana perdió su acreditación y decidió no apelar, algo que dejó a sus estudiantes no elegibles para la ayuda financiera federal.
La Southern Association of Colleges and Schools citó en su decisión “una cuestión fundamental de integridad”, además de la otorgación incorrecta de títulos.
Según la Accrediting Commission of Career Schools and Colleges las universidades que no cumplan con los estándares de acreditación pueden ser puestas en período de prueba.
Algunas instituciones de estudios superiores actualmente en período de prueba incluyen el Cambridge Technical Institute en Puerto Rico, el East WestCollegeof Natural Medicine en Florida y la American Trade School en Missouri.
El 23 de abril, el presidente Donald Trump firmó un decreto destinado a reformar el proceso de acreditación universitaria.
El decreto acusa a los acreditadores, organismos independientes que regulan los estándares académicos, de abusar de su autoridad al priorizar las iniciativas de diversidad, equidad e inclusión sobre los resultados académicos.
Ese decreto criticó especialmente a la American Bar Association (El Colegio de Abogados de Estados Unidos), que proporciona la acreditación de los programas de Juris Doctor en el país, y al Liaison Committee On Medical Education (Comité de Enlace sobre Educación Médica), el único organismo reconocido a nivel federal que acredita los programas de Médico Cirujano en EE.UU. y Canadá.
Las críticas de la Casa Blanca marcaron la pauta en su visión sobre las instituciones de educación superior. En el centro de su ofensiva estaba la exigencia de acciones concretas para poner fin a los programas de diversidad e inclusión tanto para el alumnado como para el profesorado.
El decreto de abril declaró lo siguiente: “Los estudiantes y los contribuyentes estadounidenses merecen algo mejor, y mi Gobierno reformará nuestro sistema disfuncional de acreditación para que los colegios universitarios y las universidades se concentren en ofrecer programas académicos de alta calidad a un precio razonable”.
El Consejo de Comisiones Regionales de Acreditación, que representa a las siete entidades de acreditación más grandes, criticó el decreto de Trump, diciendo que tergiversaba el papel de los acreditadores en la educación superior.
“Las agencias de acreditación son fundamentales para promover la garantía de calidad y proteger las inversiones de los estudiantes y los contribuyentes en la educación superior”, dijo Heather Perfetti, presidenta de la organización, y agregó que el consejo “rechaza firmemente” la caracterización del Gobierno.
El decreto facilita que las universidades cambien de acreditador o de nuevas instituciones de acreditación, al tiempo que ordena al Gobierno que “tome las medidas adecuadas para poner fin a la discriminación ilegal” en el proceso de acreditación.
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