Por Jordan Valinsky, CNN

Hooters cerró abruptamente docenas de locales apenas unos meses después de que la cadena de alitas de pollo se declarara en bancarrota y proclamara que no se iba “a ninguna parte”.

“Después de considerar cuidadosamente lo que se necesita para posicionar mejor a nuestra empresa para el futuro, Hooters tomó la difícil decisión de cerrar ciertos locales propiedad de la empresa”, dijo un portavoz de la compañía en un comunicado a CNN.

No se ha dado a conocer una lista concreta de los cierres, pero informes locales revelan que unos 30 sitios se han visto afectados, entre ellos varios de Florida, Georgia, Michigan, Carolina del Norte, Carolina del Sur, Tennessee y Texas.

La compañía está “aquí para quedarse, y mediante la optimización de nuestro negocio en apoyo de nuestros objetivos a largo plazo, Hooters estará bien posicionada para continuar nuestro legado icónico bajo un modelo de negocio de franquicia pura”, dijo en el comunicado.

La cadena de 42 años, conocida por su personal de servicio, compuesto exclusivamente por mujeres y vestidas de naranja, se declaró en bancarrota en marzo. Hooters venderá sus 100 restaurantes propios a dos grupos de franquicias que operan locales de Hooters en Tampa (Florida) y Chicago.

Sin embargo, los cierres no son una sorpresa total, ya que la cadena dijo que estaba “evaluando la huella operativa de la empresa” para los locales propiedad de la empresa, lo que daría lugar a una reducción de su presencia. Hooters también cerró decenas de locales antes de la quiebra a principios de 2024.

Los cambios de Hooters siguen al cierre de 15 locales de Bahama Breeze, una cadena de restaurantes propiedad de Darden Restaurants. Estas cadenas suelen dirigirse a familias de ingresos medios y bajos que buscan una comida sentados, pero los comensales están abandonando estas empresas a medida que su renta disponible se reduce debido a la inflación.

La confianza de los consumidores ha ido en caída libre en los últimos meses, y en mayo se mantuvo en un mínimo casi sin precedentes, según el indicador de la Universidad de Michigan, que mide la opinión de la gente sobre la economía.

Según Maeve Webster, presidenta de la consultora Menu Matters, el cierre de “locales de bajo rendimiento puede ser mejor para el conjunto de la cadena que intentar arreglarlos”, porque dedicar recursos a rescatarlos puede “socavar toda la cadena”.

“Es como racionalizar un menú: es mejor eliminar lo que no se vende o se vende poco para mejorar la calidad y consistencia de lo que queda”, declaró recientemente a CNN.

TGI Fridays, que pretende salir de la quiebra este verano, también ha ido cerrando locales mientras se acoge al Capítulo 11. La cadena ha relanzado recientemente el menú de los 85 locales que le quedan en EE.UU. con la esperanza de llamar la atención del público.

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