Por Edward-Isaac Dovere, CNN

Durante los últimos meses, los políticos demócratas han hablado de enfrentar al presidente Donald Trump en su segundo mandato. El gobernador de California, Gavin Newsom, es uno de los primeros en tener que definir cómo se ve realmente ese desafío.

Aliados y opositores coinciden en que la forma en que Newsom maneje las protestas —incluido el envío de la Guardia Nacional y de marines en servicio activo por parte de Trump, pese a las objeciones del gobernador— tendrá repercusiones mucho más allá de California y mucho después de esta semana.

Así está abordando Newsom lo que se ha convertido en una confrontación en las calles y en los tribunales, apenas unos días después de que respondiera a un intento del Gobierno de Trump por identificar subvenciones federales destinadas al estado que pudieran ser canceladas.

Según varias personas al tanto de las conversaciones, otros gobernadores demócratas han estado llamando a Newsom, consultándole y repasando en sus mentes distintos escenarios sobre cómo lo ocurrido en California podría replicarse en sus propios estados.

Todos los gobernadores demócratas firmaron el fin de semana una declaración en la que calificaron la movilización de la Guardia Nacional ordenada por Trump como un “alarmante abuso de poder”, pero desde entonces han sido cautelosos, atentos tanto a las implicaciones políticas de provocar a Trump como a las posibles repercusiones legales de sus palabras en demandas que pudieran tener que presentar.

Personas familiarizadas con el pensamiento de Newsom señalan que el gobernador quiere que California mantenga su posición, después de que algunas universidades y firmas de abogados, ante la presión de la Casa Blanca, llegaran a acuerdos con el Gobierno.

“Lo que más quiere Donald Trump es tu lealtad. Tu silencio. Que seas cómplice en este momento”, dijo Newsom en unas declaraciones divulgadas la noche del martes. “No cedas ante él”.

“Si algunos de nosotros podemos ser detenidos en la calle sin una orden judicial —solo por sospecha o por el color de piel— entonces ninguno de nosotros está a salvo. Los regímenes autoritarios comienzan atacando a quienes menos pueden defenderse. Pero no se detienen ahí”, dijo Newsom, reiterando sus acusaciones de que funcionarios de Trump provocaron y agravaron lo que comenzaron siendo protestas pacíficas, aunque ha habido enfrentamientos y episodios de violencia que tanto él como otros han condenado.

“Esto nos involucra a todos. Se trata de ti”, afirmó. “California puede ser la primera, pero claramente esto no terminará aquí. Los próximos serán otros estados. La próxima será la democracia.”

Aunque las ambiciones presidenciales de Newsom son evidentes, varios de los principales demócratas aseguran que esto tiene mucho más que ver con el futuro inmediato de Estados Unidos que con cualquier conversación sobre las primarias presidenciales de 2028.

El senador por Connecticut Chris Murphy, otro posible aspirante para 2028, se ha convertido en uno de los demócratas más vocales al advertir sobre lo que considera una amenaza directa de Trump contra la democracia en su segundo mandato.

“Está tratando claramente de intimidar a sus opositores para que guarden silencio, y esa es, sin duda, una de las formas en que mueren las democracias: cuando la gente teme sufrir daño físico si participa en protestas, muchas veces opta por quedarse en casa. Ese es un camino probado y comprobado para convertir democracias en autocracias. Las elecciones siguen ocurriendo, pero la oposición nunca logra reunir suficientes números porque la gente teme que le den una paliza si se presenta”, dijo Murphy a CNN.

El senador por Nueva Jersey Cory Booker, quien reconoció que su discurso récord de 25 horas en el Senado ocurrió en una etapa distinta tanto para Trump como para la respuesta demócrata, coincidió en esa lectura.

“Con esta clara inclinación autoritaria del presidente, su falta de respeto por la separación de poderes y sus violaciones a la ley, estamos en un terreno peligroso cuando aún faltan más de tres años de Gobierno. Eso es lo que me preocupa de lo que está ocurriendo en California”, dijo Booker.

Durante meses, Newsom enfureció a muchos demócratas al invitar a figuras cercanas a Trump a su pódcast o criticar a su propio partido por ir demasiado lejos en el tema de los atletas transgénero en competencias femeninas.

Intentó acercarse a Trump para conseguir más fondos federales destinados a la reconstrucción tras los incendios forestales en Los Ángeles a comienzos del año, y sugirió estar dispuesto a colaborar con él en aranceles diseñados para impulsar la industria cinematográfica, que ha estado saliendo de California. Esto mientras otros demócratas pedían una oposición más frontal, como el gobernador de Illinois, JB Pritzker, quien en un encendido discurso en New Hampshire en abril declaró: “Nunca en mi vida había pedido protestas masivas, movilización o interrupciones. Pero ahora lo hago”.

Sin embargo, los acontecimientos de los últimos días han reavivado la rivalidad de larga data entre Trump y Newsom.

En una entrevista televisiva, Newsom desafió al Gobierno de Trump a arrestarlo a él en lugar de perseguir a niños migrantes. Trump, en respuesta a una pregunta de un periodista, insinuó que Newsom debería ser arrestado.

La única justificación que Trump ha ofrecido para amenazar con arrestar a un gobernador en funciones es que “su crimen principal es postularse para gobernador, porque ha hecho un trabajo terrible”.

“Me gusta que cuando uno de los secuaces de Trump amenazó con arrestar a Newsom, él respondió: ‘Pues vengan por mí, aquí estoy’. No le vamos a tener miedo a Donald Trump porque tenemos el Estado de derecho de nuestro lado. Estamos defendiendo la Constitución. Los estados no son piezas del Gobierno federal. Los estados tienen una existencia constitucional y política independiente”, dijo el representante de Maryland Jamie Raskin, quien enseñó derecho constitucional antes de ser elegido al Congreso. “Otros gobernadores deberían defender el Estado de derecho y los derechos de su gente.”

Mientras algunos saqueadores también salían a las calles y Trump y su secretario general adjunto hablaban de una “insurrección”, la situación no ha sido bien recibida por todos los demócratas, incluidos aquellos que temen estar cayendo en la trampa de Trump en uno de los temas clave de su agenda.

El senador por Pensilvania John Fetterman es uno de los miembros del partido que ha pedido una condena más firme contra los manifestantes violentos. El propio Newsom ha dicho que quienes participen en actos violentos o ataquen a policías serán procesados, y señaló que las autoridades ya están revisando videos de los hechos para identificar a más responsables.

Incluso antes de que Trump amenazara con una “fuerza muy grande” si algún manifestante interrumpe el gran desfile militar que organizará este sábado en Washington, por su cumpleaños número 79, líderes de otras ciudades con alta presencia de inmigrantes ya expresaban preocupación sobre lo que podría ocurrir si los agentes federales apuntan a sus comunidades.

“Espero que los neoyorquinos alcen la voz y ejerzan lo que consideren su derecho constitucional de forma no violenta, y si Trump intenta reprimirlo, creo que la gente lo verá por lo que es”, dijo el representante por Nueva York Greg Meeks. “Les diría a los neoyorquinos y a otros: ‘Sabemos lo que está tratando de hacer’”.

Algunos republicanos se han unido a los demócratas en sus expresiones de preocupación, incluido el representante californiano David Valadao, del Partido Republicano, quien escribió el martes en X que le “preocupan las operaciones actuales de ICE en todo California”. Pero por ahora, la mayoría de los líderes republicanos han respaldado a Trump o han guardado silencio sobre la situación. El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, dijo que no podía pronunciarse sobre el argumento legal de arrestar a Newsom, pero que “habría que emplumarlo y alquitránarlo”.

Aunque algunos estrategas demócratas —incluidos varios que han asesorado a Newsom en los últimos días— han recomendado adoptar una postura más defensiva, que imite el enfoque duro de Trump sobre inmigración para evitar darle al presidente el enfrentamiento que busca, otros celebran que Newsom esté tomando una posición más firme a su manera.

“Los demócratas deben reconocer que los votantes están horrorizados por los excesos de Trump en materia migratoria —no solo los votantes demócratas, también los independientes y los que tienden al libertarismo no creen en arrestar a personas pacíficas al azar ni en separar familias—”, dijo el representante por Texas Greg Casar, presidente del Caucus Progresista del Congreso. “Así que no deberíamos tener miedo de enfrentarnos directamente a Trump por sus abusos y su extralimitación contra los derechos de las personas”.

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