Por Luke Snyder y María Gilbert, CNN

Una ola de calor extremadamente peligrosa afecta al este de Estados Unidos mientras una intensa cúpula de calor alcanza su punto máximo, llevando las temperaturas a los niveles más altos del año —los más altos en años para algunas ciudades— y poniendo en riesgo a decenas de millones de personas.

Durante el máximo del calor, el lunes y martes, podrían romperse más de 250 récords diarios de temperatura, tanto de máximas como de mínimas más cálidas, según el Servicio Meteorológico Nacional (NWS, por sus siglas en inglés). En algunos lugares, las temperaturas podrían ser “las más altas registradas en más de una década”, advirtió la oficina del NWS en Mount Holly, Nueva Jersey. También podrían caer nuevos récords el miércoles y jueves.

Unas 150 millones de personas están bajo alertas por calor este lunes, según el NWS. En muchas zonas, se sentirá más como julio —el mes más caluroso del verano— que como junio, con temperaturas entre 15 y 20 grados por encima de lo normal.

Un nivel 4 de 4 de riesgo extremo por calor está vigente al menos hasta el jueves, abarcando desde el Medio Oeste hasta el Atlántico Medio e incluyendo algunas zonas del noreste del país. Esta ola de calor prolongada es poco común, probablemente no ofrecerá alivio durante la noche y afectará a “cualquiera que no cuente con una refrigeración efectiva o una hidratación adecuada”, advirtió el NWS.

“Las enfermedades relacionadas con el calor aumentan significativamente durante eventos de calor extremo y alta humedad”, advirtió el NWS, y señaló que el calor extremo puede poner en riesgo la vida, especialmente de niños, personas mayores y personas con afecciones de salud preexistentes.

Los efectos peligrosos fueron inmediatos a medida que las condiciones abrasadoras se intensificaban en el centro del país durante el fin de semana. Varias personas —incluido un jugador de las Grandes Ligas, un árbitro y un miembro del personal— fueron atendidas por enfermedades relacionadas con el calor el sábado, cuando los Seattle Mariners se enfrentaron a los Chicago Cubs en el Wrigley Field de Chicago. Las temperaturas subieron hasta los 35 ºC durante el partido, pero la humedad hizo que la sensación térmica fuera de alrededor de 40 ºC.

El calor sigue siendo la forma más letal de clima extremo en Estados Unidos, y tanto la frecuencia como la duración de las olas de calor han aumentado en los últimos años debido al cambio climático causado por el ser humano. Las temperaturas nocturnas son las más afectadas por este fenómeno y están aumentando más rápido que las máximas diurnas.

El calor extremo también afecta a la infraestructura, ya que provoca que materiales como el concreto y el asfalto se expandan y se deformen. Durante el fin de semana ya se reportaron problemas en el Medio Oeste: según autoridades locales, algunas secciones de vías principales en los suburbios de Milwaukee y Green Bay, en Wisconsin, fueron cerradas el domingo tras doblarse por las altas temperaturas. Escenas similares se registraron en Cape Girardeau, Missouri, donde la ciudad advirtió que más calles podrían agrietarse si el calor continúa.

El aumento extremo de las temperaturas también tiene repercusiones en el transporte ferroviario y aéreo. Los trenes que funcionan con cables electrificados suelen reducir su velocidad cuando hace mucho calor, ya que las altas temperaturas hacen que los cables se tuerzan, lo que los vuelve más propensos a sufrir daños. Los días de calor intenso también dificultan los despegues de los aviones: el aire caliente es menos denso que el aire frío, lo que complica la sustentación necesaria para elevar una aeronave.

El calor peligroso se extendió hacia el este del país el domingo y alcanzará su punto máximo entre lunes y martes.

Nueva York podría romper sus récords diarios de temperatura máxima este lunes y martes, con valores que se acercarán o superarán los 35 ºC. El martes podría alcanzar los 38 ºC, una marca que no se registra en la ciudad en junio desde 1966. La última vez que Nueva York alcanzó esa temperatura fue el 18 de julio de 2012.

Otras ciudades del corredor de la autopista interestatal I-95 también enfrentarán un calor extremo esta semana. Filadelfia se mantendrá cerca de los 38 ºC entre el lunes y el miércoles, y probablemente romperá su récord diario de temperatura máxima durante tres días consecutivos. La máxima prevista para el martes, de 38,3 ºC, podría acercarse al día más caluroso de junio jamás registrado en la ciudad y sería la temperatura más alta desde 2012.

Boston podría registrar su temperatura más alta para un mes de junio y acercarse a su récord histórico, con una máxima prevista de 39 ºC para el martes.

Washington vivirá tres días consecutivos con temperaturas cercanas a los 40 °C entre el lunes y el miércoles, lo que probablemente implique varios récords diarios de temperatura máxima. La capital del país normalmente no alcanza los 38 ºC hasta mediados de julio.

Ni siquiera el norte de Nueva Inglaterra escapará al calor intenso. Este lunes podría ser uno de los tres días de junio más calurosos jamás registrados en Burlington, Vermont, donde se espera una máxima cercana a los 35 ºC. La ciudad, ubicada a menos de 65 kilómetros de la frontera con Canadá, normalmente no experimenta ese nivel de calor hasta mediados de julio, si acaso lo alcanza.

Las temperaturas comenzarán a disminuir gradualmente el miércoles, especialmente en partes del Medio Oeste y Nueva Inglaterra, pero será el jueves cuando muchas zonas de la mitad oriental del país regresen a valores más típicos para junio.

Este episodio temprano en la temporada probablemente sea solo un adelanto de lo que está por venir.

En casi todo el territorio continental de Estados Unidos —excepto algunas regiones de Arizona, Nuevo México y el oeste de Texas— los días más calurosos suelen presentarse en julio o agosto. Además, se espera un verano más caluroso de lo normal en todo el país, según los pronósticos del Centro de Predicción Climática.

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Con información de Chris Boyette y Tyler Ory de CNN