Por Andrew Freedman y Mary Gilbert, CNN

Carreteras con grietas, puentes averiados, trenes retrasados, redes eléctricas sobrecargadas que causaron cortes peligrosos, casos de dolencias por calor y eventos deportivos cancelados: estos son algunos de los efectos de la sofocante ola de calor de esta semana, que dejó el martes como el día más caluroso en más de una década.

Así como desastres anteriores han dejado al descubierto las vulnerabilidades de Estados Unidos frente a otros fenómenos meteorológicos extremos, esta semana ha evidenciado la presión sobre la infraestructura del país y los riesgos para la salud pública ante temperaturas récord como las registradas.

La ola de calor ocurre en un contexto en el que la probabilidad de episodios de calor extremo auementa drásticamente en todo el mundo a medida que el planeta se calienta, junto con su intensidad y duración. A medida que sube la temperatura media global, las olas de calor son el tipo de fenómeno extremo que los científicos pueden vincular con mayor certeza al cambio climático generado por la contaminación por combustibles fósiles.

Y esta semana aún no termina: el miércoles, casi 100 récords diarios de temperatura estaban en riesgo y los índices de calor se disparaban por la tarde a cifras mayores de 37 °C en amplias zonas de la costa este. Unos 125 millones de personas seguían bajo advertencias y avisos por calor extremo.

Cuando la ola de calor comenzó a intensificarse el fin de semana, las carreteras se deformaron en Dakota del Sur, Nebraska, Minnesota e Iowa, mientras el asfalto se cocinaba bajo el sol. El lunes, pasajeros tuvieron que ser rescatados de un tren de Amtrak atrapado en un túnel en Baltimore sin aire acondicionado. Se implementaron restricciones de velocidad en varias rutas de Amtrak por el riesgo de que el calor deformara las vías y por posibles apagones. Numerosos trenes fueron cancelados directamente debido al clima. Más carreteras se agrietaron en la costa este a medida que persistía el calor, incluidas autopistas interestatales en Nueva Jersey.

En Nueva York, las plataformas del metro se convirtieron en saunas, con temperaturas que alcanzaron niveles récord para junio en algunas zonas, acompañadas de una humedad sofocante. En Massachusetts, el calor dejó fuera de servicio varios puentes levadizos.

Las olas de calor son la forma más letal de fenómeno meteorológico extremo en EE.UU., según el Servicio Meteorológico Nacional, y aunque el alcance total de las muertes o afectaciones a la salud causadas por esta ola podría tardar semanas o más en conocerse, ya se han registrado casos notorios de afecciones relacionadas con el calor.

Al menos una muerte se atribuye a las altas temperaturas en el área de St. Louis, donde, según la policía, una mujer habría estado viviendo sin acceso a agua ni aire acondicionado durante tres días.

Dieciséis personas fueron trasladadas al hospital y más de 150 fueron evaluadas por enfermedades relacionadas con el calor durante dos ceremonias de graduación de secundaria en Paterson, Nueva Jersey.

En Washington, un concierto de K-Pop terminó antes de lo previsto el lunes por la noche debido a varios incidentes de salud relacionados con el calor. El Monumento a Washington permanecía cerrado este miércoles por las altas temperaturas.

Varios hospitales, incluidos algunos en Nueva York y Chicago, tuvieron dificultades para mantener sus sistemas de energía y aire acondicionado, lo que generó condiciones sofocantes. En Nueva York, la empresa de servicios públicos Con Edison instó a los residentes a reducir el consumo eléctrico para evitar apagones rotativos.

Jóvenes excursionistas tuvieron que ser rescatados en Nueva Hampshire por lesiones causadas por el calor, y en Norfolk, Massachusetts, al menos dos bomberos fueron hospitalizados por agotamiento mientras combatían incendios en condiciones de calor récord.

Y las temperaturas eran tan altas en Charlotte, Carolina del Norte, que los atletas que competían en los partidos de la Copa Mundial de Clubes de la FIFA el martes observaron a sus equipos desde el vestuario mientras estaban en el banco de suplentes, informó el club alemán Bayern Munich en una publicación en X.

El calor alcanzó su punto máximo el martes en muchas zonas, con récords mensuales superados desde Maine hasta el Atlántico medio. En Augusta, Maine, la temperatura máxima del martes alcanzó los 38 °C, la más alta registrada en junio y que iguala el récord histórico absoluto de la capital estatal.

Boston llegó a los 38,8 °C, estableciendo un nuevo récord de temperatura máxima para junio. El martes se convirtió así en el tercer día más caluroso registrado en la ciudad, empatado con otros. Todos los días que han igualado o superado esa marca ocurrieron en julio o agosto.

Filadelfia también registró su primera temperatura de 38 °C desde 2012, al alcanzar los 38,3 °C el martes, lo que marcó el día más caluroso jamás registrado en la ciudad tan temprano en el verano. El lunes, la ciudad ya había batido el récord diario al llegar a los 37, °C.

También se rompieron récords en Providence, Rhode Island, donde la temperatura alcanzó los 38 °C, estableciendo una nueva marca histórica para el mes de junio. Mientras tanto, Newark, Nueva Jersey, llegó a los 39,4 °C, igualando el récord de temperatura máxima para junio.

En algunas zonas de la ciudad de Nueva York, las temperaturas superaron los 37 °C. El Aeropuerto Internacional John F. Kennedy, en Queens, alcanzó los 38,8 °C el martes por la tarde, la primera vez que llega a esa marca desde 2011 y la primera vez que lo hace en el mes de junio. El miércoles por la tarde también se reportaron temperaturas similares. El aeropuerto de LaGuardia, también en Queens, registró una máxima de 38,3 °C, igualando su récord para el mes de junio.

Las temperaturas en la mayoría de estas zonas se dispararon el miércoles por la tarde, alcanzando máximas entre los 35 y 37 grados centígrados.

Estudios han demostrado que los episodios extremos de calor están claramente vinculados al calentamiento global, ya que su probabilidad e intensidad aumentan significativamente a medida que se eleva la temperatura media del planeta.

Un análisis de la organización Climate Central, dedicada a la investigación climática, concluyó que el cambio climático hizo que el calor extremo del martes en el Atlántico medio fuera al menos cinco veces más probable en comparación con un escenario simulado sin emisiones derivadas de la quema de combustibles fósiles.

“No hay incertidumbre en el hecho de que el cambio climático hace que las olas de calor sean más intensas y frecuentes”, afirmó Fredi Otto, científica climática que dirige el grupo internacional World Weather Attribution, el cual analiza eventos meteorológicos extremos y su posible relación con el cambio climático.

“Siempre hemos tenido calor peligroso, pero en un mundo en calentamiento, ese calor alcanza nuevos niveles y extremos”, señaló Bernadette Woods Placky, meteoróloga jefe de Climate Central.

A medida que los científicos siguen investigando la relación entre el clima extremo y el cambio climático, el vínculo es cada vez más evidente.

“Casi todos los eventos de calor extremo que se han analizado muestran una influencia del cambio climático, lo que significa que este fenómeno llevó el calor a nuevos extremos, y a menudo durante más tiempo”, dijo Placky a CNN.

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Rebekah Riess y Danya Gainor de CNN y la meteoróloga de CNN Linda Lam contribuyeron a este informe.