Por Elizabeth Pérez, CNN en Español

El Mundial de Clubes sin duda ha servido de ensayo para lo que será el evento máximo de la FIFA el año que viene en Norteamérica.

Cinco de los 12 estadios de este torneo por equipos repetirán para el Mundial de selecciones con la adición de recintos en México y Canadá.

Pero ¿hasta qué punto fue receptiva la afición con el torneo que culmina este domingo en el MetLife de Nueva Jersey?

Si bien la FIFA, de la boca de su presidente Gianni Infantino, garantizó lleno total en el partido inaugural en Miami, lo cierto es que se quedó ligeramente corto porque hubo 60.927 espectadores en el recinto que tiene capacidad para más de 65.000 personas.

Aunque durante el torneo hubo 66 nacionalidades representadas en los 32 equipos que compitieron —algunos de ellos los más conocidos del mundo— eso no fue motivación suficiente para que los hinchas llenaran todos los estadios como esperaba Infantino.

El chasco más evidente fue la victoria por la mínima diferencia del Mamelodi Sundowns en Orlando ante el Ulsan HD.

Se jugó en el Inter&Co Stadium con capacidad para 25.500 espectadores y no llenó ni siquiera una cuarta parte.

Algunos argumentan que el horario de los partidos durante la semana fue un factor para evitar mayor afluencia de personas.

A eso hay que sumarle el calor que se sintió sobre todo en la costa este del país. La temperatura en la ciudad de Washington llegó a alcanzar cerca de los 36 grados centígrados, afectando a espectadores y jugadores.

Pese a la baja de público en ese encuentro entre el Chelsea y el Benfica, hay que resaltar que el estadio Bank of America de Charlotte estuvo entre los tres primeros de mayor asistencia en la fase de grupos con el partido entre el Real Madrid y el Pachuca con 70.248 aficionados.

Antes de que comenzara el torneo el costo de las entradas era alto para la gran mayoría de partidos. Sin embargo, hubo un ajuste incluso en la emocionante etapa de semifinales. El segundo cruce, entre el Real Madrid y el PSG, vio reducido considerablemente el precio de sus entradas hasta llegar a los 13 dólares como motivación para llenar el estadio.

Hubo quejas también por parte de jugadores y técnicos sobre las condiciones de algunas de las canchas. Tanto el capitán del Inter de Milán, Lautaro Martínez como el técnico del PSG, Luis Enrique, señalaron la resequedad del campo que dificulta que ruede el balón.

Diego Simeone del Atlético de Madrid criticó por su parte la gran distancia entre la cancha y los vestuarios, argumentando que pierden tiempo caminando.

En fin, no todo ha sido color de rosa en este Mundial de Clubes, y el recinto de la final tampoco se salva de críticas. Sin embargo, lo positivo es que tendremos nuevo campeón el domingo y un adelanto de lo que podría ser la final del Mundial de 48 selecciones el año que viene.

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