Ozzy Osbourne, el loco del rock que conquistó la TV y la música
Por Gabriela Frías y Lizbeth Padilla, CNN en Español
Este 22 de julio de 2025, el mundo del rock perdió a uno de sus principales representantes: Ozzy Osbourne. De Black Sabbath a los escenarios televisivos, su influencia perdura no solo en la música, sino también en la cultura pop global.
“El principal aporte de Ozzy Osbourne es la teatralidad”, afirma Arturo López Gavito, analista musical.
Junto a Black Sabbath, Osbourne fundó los cimientos del heavy metal, aunque en su momento, como recuerda el periodista musical Iván Nieblas, “no tenían ni idea de lo que significaban esas dos palabras juntas”. Era simplemente “rock pesado”, pero el estilo oscuro, pesimista y distorsionado de Sabbath “se cocía aparte”, dice.
Ozzy no tenía la técnica vocal de otros íconos del rock clásico, pero encontró su sello propio, pues “literalmente aullaba las canciones”, señala Nieblas, “pero eso le venía muy bien a la música de Black Sabbath… con tonos oscuros y letras pesimistas”. Ese estilo vocal, sumado al volumen estruendoso impuesto por las limitaciones físicas del guitarrista Tony Iommi, quien perdió la parte superior de un par de dedos que le impedía tocar acordes, dio origen a una nueva estética sonora. “Ozzy supo construir líneas melódicas… que le daban vida a esas letras sombrías”.
Expulsado de Black Sabbath en 1979 por sus excesos, Osbourne inició una carrera solista en 1980 que terminó por consagrarlo. “Motley Crue, Van Halen, todos estos grupos que nacieron en California empezaron a identificarlo como el ‘Príncipe de las Tinieblas’, su ícono principal, su Dios”, recuerda Gavito.
El impacto fue tal que, según Nieblas, es “imposible pensar en la existencia de bandas como Iron Maiden, Judas Priest, Metallica o inclusive Nirvana y Pearl Jam, sin la presencia de Ozzy”. De él derivaron géneros como el doom metal, stoner rock e incluso ramas del punk y el grunge.
Pero Ozzy fue más que un músico, fue un personaje. El “demente del escenario” con murciélagos, sangre falsa y alaridos. Su esposa y mánager, Sharon Osbourne, “vio en esa personalidad una veta que explotar, tú vas a ser el loco del rock”, relata Nieblas. Así nació el showman que transformó cada concierto en una experiencia teatral.
A comienzos de los 2000, la cadena de videos musicales MTV comenzó a incluir reality shows a su programación, uno fue The Osbournes, en la que se podía ver el hogar de Ozzy lleno de disfunción familiar, humor, desorden y caos cotidiano. “Nadie imaginó que las falencias de un padre, sus adicciones, su torpeza, harían las delicias con subtítulos conquistaría el mundo entero”, dice Gavito. Ese reality no solo lo acercó a nuevas generaciones a su música, sino que marcó el inicio de una nueva era de entretenimiento. “Fue pionero en ese formato, el legado es que la intimidad vende”, apunta Nieblas.
Su última gran aparición fue hace apenas unas semanas, cuando volvió a Birmingham, su ciudad natal, para ser homenajeado por colegas y fanáticos. “Fue una especie de funeral en vida, sus doctores le dijeron que no podía pararse, pero él insistía: ‘me tengo que despedir de la gente’”, cuenta Nieblas. A finales de este año, esa despedida podrá verse en cines como una versión condensada de aquel histórico concierto.
Ozzy Osbourne deja una discografía imponente, 13 álbumes como solista, una figura imborrable en la cultura rock. “A mí me parece que él se va feliz, lleno de excesos, lleno de fiesta”, dice Gavito. “Un hombre que supo vivir el rock and roll con la mayor intensidad… Hoy podemos recordarlo con un whisky en las rocas diciendo: ‘¡Viva Ozzy, viva Ozzy siempre!’”, agrega Gavito.
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