El gran repunte del PIB enmascara una debilidad oculta en la economía estadounidense
Por Bryan Mena, CNN
La economía de EE.UU. se expandió considerablemente en el segundo trimestre debido a que las empresas redujeron las importaciones tras haber acumulado reservas a principios de año para anticiparse a los aranceles del presidente Donald Trump. Sin embargo, un análisis profundo revela una economía que se tambalea.
El producto interno bruto (PIB), que mide todos los bienes y servicios producidos en la economía, registró una tasa anualizada de 3 % en el período de abril a junio, informó este miércoles el Departamento de Comercio. Esta cifra representa un fuerte aumento respecto a la tasa de -0,5 % del primer trimestre, que fue la primera caída trimestral del PIB desde 2022. Los economistas encuestados por la firma de datos FactSet estimaban que el PIB del segundo trimestre sería de 2 %.
El más reciente informe del PIB es clave en una avalancha de noticias económicas esta semana, que se espera muestren cómo los consumidores y las empresas están resistiendo las drásticas políticas económicas de Trump. Sin embargo, el frenesí de compras impulsado por los aranceles a principios de año ha dificultado la evaluación de la salud y la dirección subyacentes de la mayor economía del mundo. La acumulación y venta intermitente de inventarios antes y después de que Trump impusiera los aranceles parece estar enmascarando una debilidad subyacente en el gasto de los consumidores y las empresas.
En el primer trimestre, el aumento de las importaciones afectó el crecimiento económico, pero esa tendencia se revirtió en el segundo trimestre debido a que las empresas recurrieron a sus inventarios existentes en lugar de importar, lo que a su vez impulsó el PIB, que se ajusta en función de las oscilaciones estacionales y la inflación.
Tras aumentar casi un 38 % entre enero y marzo, las importaciones se desplomaron un 30,2 % en el trimestre siguiente. Esto contribuyó con la mayor parte del crecimiento económico entre abril y junio, considerando también las exportaciones, que contribuyen al PIB.
SIn embargo, los detalles subyacentes del informe también muestran que los consumidores y las empresas no se han retraído ante la persistente incertidumbre sobre la economía, lo que está ayudando a impulsar el crecimiento económico.
“Mi lema en estos últimos seis años en Morgan Stanley es no subestimar la resiliencia de la economía de Estados Unidos”, dijo Sarah Wolfe, economista senior en Morgan Stanley Wealth Management, a CNN. “Eso no significa que no estemos en una desaceleración, pero creo que se necesita bastante para empujar a Estados Unidos a una recesión. Tenemos una economía bastante dinámica, para bien o para mal”.
El gasto del consumidor, que impulsa alrededor del 70 % de la economía de Estados Unidos, aumentó notablemente en el segundo trimestre hasta una tasa del 1,4 %, frente al anémico 0,5 % del primer trimestre. Mientras tanto, las empresas redujeron drásticamente su gasto durante el mismo período, del 10,3 % al 1,9 %, lo que refleja principalmente una recalibración respecto a la tendencia alcista de principios de año.
Aun así, la economía no está fuera de peligro y la situación podría empeorar: un indicador clave de la demanda subyacente —las ventas finales reales a compradores nacionales privados, también conocido como “PIB subyacente”— se desaceleró en el segundo trimestre a una tasa anualizada del 1,2 %, el ritmo más bajo desde el cuarto trimestre de 2022, frente al 1,9 % registrado a principios de año.
“Las cifras principales ocultan el verdadero desempeño de la economía, que se está desacelerando a medida que los aranceles reducen la actividad”, declaró Kathy Bostjancic, economista jefe de Nationwide, en un comentario publicado el miércoles. “Si el desempeño del PIB subyacente continúa a este ritmo, prevemos que habrá aún más presión sobre la Fed para que reduzca los tipos de interés a medida que la economía se desacelera”.
El último análisis de la economía coincide con la reunión de funcionarios de la Reserva Federal en la ciudad de Washington, para un complejo debate sobre las tasas de interés.
Se espera que la Fed anuncie este miércoles más tarde que mantendrá las tasas de interés sin cambios por quinta vez consecutiva. Sin embargo, la medida podría generar la disidencia de dos gobernadores de la Fed —Christopher Waller y Michelle Bowman, vicepresidenta de Supervisión—, lo que sería la primera vez que dos gobernadores lo hacen en más de 30 años.
La resiliencia de la economía, como lo demuestra el último informe del PIB, no ayuda a construir un argumento convincente de que la Fed deba considerar activamente un recorte de tasas para estimular el crecimiento.
Y tampoco lo han hecho los últimos datos de empleo hasta la fecha, que muestran que el desempleo se mantiene en niveles históricamente bajos. El viernes, el Departamento de Trabajo estadounidense informará si esta situación persiste cuando publique su informe mensual de empleo.
La Fed interviene con recortes de tasas siempre que es evidente que la economía está destinada a debilitarse, lo que impulsa el desempleo al alza. Además de combatir la inflación, la Fed también es responsable de mantener el mercado laboral intacto.
Pero incluso si la economía no se desploma, se espera ampliamente que la Fed reanude los recortes de tasas a finales de este año. Los inversores esperan recortes de tasas en septiembre y diciembre, según los futuros.
“Se encuentran en un momento en el que la mayoría en el comisión (que fija las tasas de la Fed) cree que será apropiado recortar las tasas relativamente pronto, pero podrían discrepar sobre cuántas pruebas necesitan exactamente o cuán cómodos deben sentirse antes de comenzar a recortar las tasas de nuevo”, dio a CNN William English, exasesor principal de la Fed.
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