El "rostro Ozempic" podría estar impulsando un auge en la cirugía estética
Por Oscar Holland, CNN
Hace unos dos años, el dermatólogo cosmético de celebridades Dr. Paul Jarrod Frank notó la llegada de un nuevo tipo de paciente a su consultorio en Nueva York. En medio del aumento explosivo de personas en Estados Unidos que perdían peso con medicamentos como Ozempic, observó un “aumento drástico” de clientes que experimentaban efectos secundarios no deseados.
“Aunque se sentían mucho mejor al perder peso, en cierto modo sentían que se veían mayores”, dijo en una nota de voz. “Y esto se debía a la pérdida de volumen en el rostro”.
Frank empezó a usar el término “rostro Ozempic”, una etiqueta que cree haber acuñado, para describir ese fenómeno. Desde entonces, se ha convertido en una expresión habitual en redes sociales para referirse a la piel flácida y el aspecto hundido que puede acompañar el uso de medicamentos GLP-1 como la semaglutida (el ingrediente activo en fármacos de marca como Ozempic y Wegovy).
“Por lo general, en personas de mediana edad —de unos 45 años en adelante—, cuando se pierden más de 4,5 kilos, puede aparecer ese aspecto desinflado”, explicó Frank, fundador de la marca de cuidado estético PFRANKMD y autor de The Pro-Aging Playbook. “Sin duda, quienes pierden 9 o 13 kilos o más van a tener este problema”.
La semaglutida actúa estimulando el páncreas para que produzca insulina, lo que reduce el apetito de quienes la usan y contribuye a generar una sensación de saciedad. Aunque la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó Ozempic para tratar la diabetes tipo 2, los médicos ahora lo recetan comúnmente fuera de etiqueta para el control dlibel peso. Según la organización sin fines de lucro KFF, especializada en políticas de salud, en 2024 cerca de 1 de cada 8 adultos en EE.UU. ha usado un medicamento GLP-1, y de ellos, alrededor de 2 de cada 5 lo hicieron únicamente para perder peso.
Actualmente, más del 20 % de los pacientes de Frank usa medicamentos GLP-1 como parte de lo que él llama su “régimen de longevidad”. Los tratamientos que buscan después de perder peso incluyen rellenos dérmicos inyectables para restaurar el volumen facial, estiramientos faciales y transferencias de grasa.
“Solo se puede rellenar un globo desinflado hasta cierto punto, y a menudo es necesaria una intervención quirúrgica”, afirmó. Pero para muchos pacientes, añadió, “con solo aumentar la dosis del relleno para reponer volumen es más que suficiente”.
“Alguien que antes podía usar una jeringa de relleno, ahora está usando dos o tres”.
La Sociedad Estadounidense de Cirujanos Plásticos (ASPS, por sus siglas en inglés), que publica un informe anual sobre tendencias en cirugía, descubrió recientemente que 2 de cada 5 pacientes que usan medicamentos GLP-1 estaban considerando someterse a una cirugía estética, y 1 de cada 5 ya lo había hecho.
Entre las pacientes que optaron por un estiramiento facial está Kimberly Bongiorno, administradora de uso de suelo en el gobierno local de Mount Arlington, Nueva Jersey. Tras haberse sometido a una cirugía de manga gástrica en 2019, Bongiorno recuperó unos 18 kilos durante la pandemia de covid-19 y el año pasado le recetaron Wegovy. Aunque describió el efecto del medicamento como “casi un milagro” —redujo su peso de 77 a 57 kilos—, esta mujer de 55 años empezó a preocuparse por su aspecto.
“Todo simplemente colgaba y estaba muy suelto”, contó por Zoom, recordando una foto que una amiga compartió y en la que vio su rostro. “Sentía que ya no tenía mejillas, y tenía mucha piel suelta bajo el cuello.
“Parecía que me había derretido. Fue horrible”, añadió. “Fue muy desalentador ver cómo se veía mi cara y cómo había cambiado. Sentía que me veía mucho mayor de lo que soy”.
Tras consultar al cirujano plástico Dr. Anthony Berlet en su consultorio en Nueva Jersey, Bongiorno se sometió a un estiramiento facial profundo, una técnica que eleva la piel y reposiciona algunos músculos y tejidos conectivos más profundos. También optó por un estiramiento de cuello para definir y suavizar el contorno, además de corregir el exceso de piel que le quedó tras la pérdida de peso.
“Antes de hacerme esto, probablemente parecía de casi 60 años, o incluso más”, dijo Bongiorno. “Y ahora, hay personas que he conocido recientemente que creen que tengo 40 y tantos”. Agregó: “Gente que no me veía desde hace tiempo me dice: ‘Te ves tan saludable y feliz’. Y es lindo escuchar eso, porque durante un tiempo no me veía saludable y, ciertamente, no era feliz”.
El número de estiramientos faciales realizados en Estados Unidos aumentó un 8 % entre 2022 y 2023, según datos de la Sociedad Estadounidense de Cirujanos Plásticos (ASPS, por sus siglas en inglés). El uso de rellenos con ácido hialurónico, por su parte, se duplicó: pasó de 2,6 millones de personas en 2017 —el año en que Ozempic fue aprobado por primera vez para la diabetes— a más de 5,2 millones en 2023.
La organización no pudo atribuir este aumento exclusivamente al uso de medicamentos GLP-1, pero su expresidente, el Dr. Steven Williams, aseguró que estos fármacos han tenido “un efecto global en la cirugía estética”.
“Ahora tenemos una herramienta completamente nueva que en realidad es eficaz para muchísimos pacientes”, dijo Williams, cirujano plástico certificado y fundador de Tri Valley Plastic Surgery, en California, durante una llamada por Zoom. Señaló que los medicamentos GLP-1 se presentan “sin desventajas sustanciales” en comparación con procedimientos invasivos como la cirugía de bypass gástrico.
“Ahora podemos tener una conversación sincera con los pacientes sobre una herramienta no quirúrgica que es eficaz para perder peso”, añadió. “Y como parte de esa conversación, hay una obligación de decir: ‘Mira, esto va a funcionar de verdad, así que tienes que estar preparado para lo que significa verte 9 o 23 kilos más delgado’”.
El término “rostro Ozempic” puede ser muy actual, pero sus síntomas —provocados por la disminución de grasa subcutánea que da volumen al rostro— no son nuevos. Los cirujanos estéticos llevan tiempo tratando los efectos secundarios de la pérdida de peso significativa. De hecho, una marca popular de relleno dérmico, Sculptra, se desarrolló originalmente en los años 90 para pacientes con VIH.
En la edad adulta, “el cuerpo en realidad no genera más células de grasa”, explicó Williams. “Cuando ganamos o perdemos peso, esas células no se multiplican ni disminuyen; simplemente se agrandan o se encogen. Y al perder peso, esas células tienen menos volumen, y eso se traduce en menos relleno”.
La edad puede influir en cómo reacciona el rostro de una persona a la pérdida de peso. Las personas de entre 20 y 30 años, por ejemplo, tienen muchas menos probabilidades de presentar signos de envejecimiento asociados al uso de medicamentos GLP-1, indicó Frank.
“Como tienen buena elasticidad en la piel, esta se recupera mucho mejor”, explicó.
Los pacientes de entre 20 y 39 años representaron el 14 % del uso de rellenos con ácido hialurónico en Estados Unidos y solo el 2 % de los estiramientos faciales el año pasado, según la Sociedad Estadounidense de Cirujanos Plásticos (ASPS, por sus siglas en inglés). Pero ambas cifras van en aumento.
Gabriela Vasquez, de 29 años, es una de las pacientes más jóvenes que usan medicamentos GLP-1 y se han sometido a procedimientos estéticos tras una pérdida de peso rápida. Empleada en una de las clínicas de Tri Valley Plastic Surgery, del Dr. Williams, ha perdido unos 23 kilos desde que comenzó a usar Ozempic en noviembre.
Aunque Vasquez aún no alcanza su peso objetivo, decidió aplicarse inyecciones preventivas de bótox (las líneas y arrugas más visibles, junto con el adelgazamiento de los labios, están entre otros efectos secundarios del uso de medicamentos GLP-1). También se sometió recientemente a una sesión de microneedling, un procedimiento que estimula la producción de colágeno.
“Una de mis preocupaciones eran los cachetes caídos, porque sentía que se notaban más cuando estaba un poco más pesada”, contó en una videollamada desde el área de la bahía de San Francisco. “Creo que el microneedling definitivamente ayudó.
“Nunca había tenido una línea de la mandíbula”, agregó. “Y hace un par de semanas alguien me tomó una foto y ahí estaba, y pensé: ‘Bueno, esto es nuevo’”.
Vasquez no descartó someterse a más procedimientos estéticos a medida que sigue perdiendo peso, y no solo en el rostro y el cuello. “Estoy empezando a notar pequeños detalles en mi cuerpo y pienso: ‘Wow, sería bueno corregir esto’”, dijo, haciendo referencia al exceso de piel bajo los brazos. “Podría verme a mí misma —más adelante, cuando llegue a mi peso meta— haciendo algo para reafirmar todo”.
Frank, el dermatólogo cosmético, señaló que el “rostro Ozempic” puede ir acompañado de un fenómeno que él llama “cuerpo Ozempic”, y agregó: “Uno de los efectos secundarios más importantes de la pérdida de peso —sobre todo cuando ocurre a un ritmo de más de medio kilo a un kilo por semana— es la pérdida muscular. Y eso lo vemos en todo el cuerpo”.
La ASPS también ha señalado el surgimiento del término “transformación Ozempic”, que abarca un conjunto de procedimientos que pueden incluir abdominoplastias, levantamientos de senos y de brazos, muslos y glúteos.
Por ejemplo, Bongiorno —la paciente de Nueva Jersey que se sometió a un estiramiento facial— también ha pasado por varios procedimientos adicionales con el Dr. Berlet, entre ellos levantamientos de brazos y muslos para tratar el exceso de piel. Estima que, tras su próximo levantamiento de senos, injerto de grasa y cirugía de párpados inferiores, habrá invertido unos US$ 80.000 en procedimientos estéticos.
“La piel es pesada e incómoda”, dijo. “Esto no lo hice para salir ahí afuera y convertirme en supermodelo. Lo hice para sentirme cómoda, para poder vestirme sin sentir que arrastro todo ese peso extra”.
El efecto a largo plazo de los medicamentos GLP-1 en la medicina estética aún no se comprende del todo. Por ejemplo, la suposición de que podrían reducir la demanda de liposucción no se ha confirmado: sigue siendo el procedimiento quirúrgico estético más común en Estados Unidos, con un aumento del 1 % en su popularidad el año pasado, según datos de la ASPS.
Tampoco está claro cuál será el impacto del “rebote Ozempic” —cuando los pacientes recuperan el peso tras dejar de usar el medicamento— en quienes se sometieron a procedimientos estéticos.
Un estudio revisado por pares reveló que la mayoría de las personas que usaban estos fármacos para perder peso los abandonaban en el plazo de un año. Por otro lado, datos presentados este año en el Congreso Europeo sobre Obesidad sugieren que los pacientes suelen volver a su peso original en un promedio de 10 meses tras dejar el tratamiento. Investigadores de la Universidad de Oxford calificaron estos hallazgos como una “nota de advertencia” sobre el uso de medicamentos “sin un enfoque más integral” para perder peso.
Para Williams, esto refuerza la idea de que él y sus colegas cirujanos plásticos deben hacerse responsables del “viaje completo” de sus pacientes, y no solo de los procedimientos estéticos.
“No queremos que los pacientes estén en estos medicamentos toda la vida. Queremos que sean un puente temporal hacia un estilo de vida más saludable”, afirmó, y añadió: “Es nuestra obligación trabajar más a fondo con estos pacientes, hablar sobre cambios de estilo de vida, conectarlos con nutricionistas y asegurarnos de que estén desarrollando masa muscular y haciendo ejercicio”.
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