Por Hugo Manuel Correa, CNN en Español

“Vine a la competición para clasificar a los Olímpicos, pero también para llevar el trofeo a Brasil”, declaró Marta ni bien Brasil sacó su boleto a la final de la Copa América Femenina 2025 tras vencer a Uruguay por 5 a 1.

A sus 39 años, la leyenda viva del fútbol femenino mundial tuvo ante las charrúas su mejor performance del certamen, asistiendo a Amanda Gutiérrez en el primer tanto del partido y anotando —de penal— su única diana de momento en el torneo continental, que significó el gol número 120 vistiendo la camiseta canarinha.

Brasil buscará su novena coronación de Copa América y lo querrá conquistar ante un rival que le impondrá un reto nada sencillo. Colombia no solo es potencia continental, sino que viene de eliminar en semifinales a Argentina, que lideró invicta su grupo. Además, quieren tomarse revancha de la final en la Copa América Femenina 2022, que se jugó precisamente en Colombia, y en la que Brasil les ganó por 1 a 0.

“Será un juego durísimo. Ya conocemos a Colombia; el partido pasado fue difícil para nosotros porque perdimos una jugadora a los 30 minutos”, reflexionó Marta.

En la fase de grupos, ya se vieron las caras y fue empate en 0, en el que Brasil sufrió la expulsión de la arquera Lorena al cortar con la mano fuera del área un avance de Linda Caicedo.

“El equipo no retrocedió, mantuvo su postura. Creo que eso es lo que vamos a hacer en la final: jugar nuestro juego, de nuestra forma, jugar sin miedo”, remarcó Marta ni bien consumada la victoria ante Uruguay.

Las dos finalistas se ganaron el boleto que las acredita para participar en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028.

Marta ya ganó en tres oportunidades la Copa América Femenina (2003, 2010 y 2018). En la cuarta consagración consecutiva que Brasil logró en esta Copa, que se escenificó en Colombia 2022, la capitana de la selección brasileña no estuvo presente.

Sabiendo que su endiablada habilidad, el embrujo de su gran pegada y su desenfado escénico con el que subyugó al fútbol ya no gozan de la lozanía de antaño, Marta sueña, anhela y quiere irse coronando en el importante torneo continental, luego de la dolorosa despedida que tuvo en la cita parisina tras perder la tercera final en un juego olímpico: Atenas 2024, Beijing 2008 y París 2024.

Esa astilla que significó perder una final olímpica fue el disparador que motorizó el deseo de regresar a disputar la Copa América Femenina de Ecuador, luego de haberle dicho adiós a seguir vistiendo la verde-amarela tras la final perdida ante Estados Unidos por 2 a 0 en la ciudad luz. Levantar un nuevo trofeo sería darle un cierre a la altura de su brillante carrera, que sirvió para cimentar la mayor visibilidad que hoy tiene el fútbol femenino en todo el planeta.

En mayo, el técnico de Brasil, Artur Elías, convocó a Marta para dos juegos amistosos disputados en Japón. El director técnico consideró que la gravitación y peso específico de la icónica futbolista es el faro que necesitaba el plantel para ser iluminado en este reto llamado Copa América Femenina. “Su presencia en algunas convocatorias es muy importante para las jugadoras jóvenes, para esta renovación que se lleva a cabo en la selección”, sostuvo el director técnico, considerando que en Brasil de las 23 futbolistas 12 son menores de 25 años.

“Veo su contribución no solo dentro del campo, sino (también) para nuestro ambiente”, dijo Elías sobre una futbolista que tuvo su debut deportivo en el año 2000 en el Vasco da Gama (Río de Janeiro), y tras descollar con su talento por varios equipos, desde el 2017 lo hace en el Orlando Pride de la NWSL (EE.UU.).

Un 19 de febrero de 1986 nació la destacada deportista bajo el nombre Marta Vieira da Silva, en el municipio de Dois Riachos, quien alumbró con su fascinante destreza futbolista el fútbol de Brasil primero. Luego, el mundo fue testigo de su prodigio con un balón en sus pies.

Si bien en Brasil desde 1979 se había levantado la prohibición para que las mujeres les fuera posible jugar al fútbol, en los hechos poder ejercerlo era literalmente un tabú, y la propia familia lo veía como inaceptable. No obstante, en su ser bullía la pasión por el deporte rey y ese fue el combustible que la llevó a brillar desde el año 2000 en Vasco da Gama, y lo propio hizo en varios equipos, entre ellos el Santos (Brasil), Western New York Flash (EE.UU.), el FC Rosengard (Suecia), entre otros.

La notable deportista marcó 11 dianas la pasada temporada, que contribuyeron para que el Orlando Pride ganara el título en la máxima categoría del fútbol femenino de Estados Unidos. A principios de año renovó contrato con el equipo del estado de Florida, lo que le permitió estar en forma y lista para aceptar un nuevo desafío con la camiseta de su país.

“Mi trabajo no cambia, el sentimiento no cambia, el orgullo no cambia, el deseo de ayudar al equipo no cambia y no cambiará”, dijo en conferencia de prensa tras su regreso vistiendo la camiseta verde-amarela.

Su aquilatada experiencia le permite tener una mirada serena, amplia y con estatura de líder. Eso se materializó con las elogiosas palabras que tuvo para Uruguay tras consumada la goleada ante las charrúas, que le permitieron llegar a una nueva final.

“Felicito también a Uruguay, que fue un equipo aguerrido de comienzo a fin, no se entregó. Creo que el fútbol sudamericano necesita de esa garra, de esas ganas, y esas chicas mostraron eso”, señaló Marta. Su mirada cenital da un apoyo al fútbol de la región, que busca crecer y plantarle cara al poderoso fútbol femenino europeo y de Estados Unidos (principalmente), que marcan el guion del fútbol femenino mundial.

En la recta final de su carrera, Marta es consciente de que, entre todas las naciones del fútbol sudamericano y su mejor competitividad, la conducirá de mejor forma a la Copa Mundial Femenina a realizarse en Brasil en 2027 (el primer mundial femenino en la historia para Sudamérica). A propósito de ello, Marta —quien ha participado en 6 copas mundiales y otras 6 citas olímpicas— puso en duda su participación en la magna cita, a la cual llegará con 41 años. “No tiene sentido venir aquí y decir, jugaré en la Copa del Mundo en dos años”, sostuvo en la conferencia de prensa en la que anunció su regreso para jugar el certamen que se disputa en Ecuador.

La deslumbrante deportista ostenta en su palmarés números que dan cuenta de su fascinante legado: es ganadora en cinco ocasiones consecutivas como la mejor jugadora del futbol mundial (2006, 2007, 2008, 2009 y 2010). También se llevó el galardón al premio The Best en 2018, además de ser la máxima anotadora en los mundiales con 17 goles en 20 partidos, entre muchos otros logros. Por ejemplo, tuvo su mejor performance en el Mundial en China 2007, donde de su mano llevó a Brasil a la final, marcando 7 goles.

No obstante, en el horizonte aparece su reto más importante y es el de ser mamá. “Aún tengo un deseo muy fuerte de ser madre. Así que, tal vez un día me despierte y decida llamar a mi médico y ver si todavía es posible”, aseguró a Esporte Especular de Globo. Para agregar: “Si lo es, adiós, tengo que irme ahora”, reflexionó.

Por lo pronto, este presente indica que este sábado 2 en Quito, en el estadio Rodrigo Paz Delgado, Marta querrá tener en sus manos otro trofeo muy especial: una nueva Copa América con la camiseta verde-amarela. Luego el futuro dirá si la “Pelé de Falda”, tal como la llamó el propio O’Rey del fútbol, sigue sumando capítulos vistiendo la gloriosa camiseta amarilla.

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