Por Ibrahim Dahman, Eyad Kourdi y Ivana Kottasová, CNN

Asegurar los camiones que transportan ayuda a Gaza es un delicado acto de equilibrio para el clan Abu Mughsaib. Acercarse demasiado a los puestos de control militares israelíes puede ser mortal. Pero mantener demasiada distancia da a los saqueadores la oportunidad de llegar primero a la valiosa carga.

“Este es el mayor desafío que enfrentamos. No podemos acercarnos más a las posiciones del Ejército, ya que hacerlo nos pondría en riesgo”, dijo a CNN un miembro del grupo que actúa como protección para los camiones. Hace dos semanas, Hamas mató a uno de los miembros de su equipo y el mes pasado dos resultaron heridos por fuego israelí, según dijo.

A medida que el orden público se desmorona y la hambruna se apodera de Gaza, los organismos que intentan trasladar ayuda a los almacenes y puntos de distribución en el territorio dependen de grupos como Abu Mughsaib.

“Una vez que los camiones entran a Gaza, los recibimos antes de que sean interceptados por saqueadores o abrumados por multitudes”, dijo el hombre quien pidió permanecer en el anonimato por razones de seguridad.

“En cuanto a nuestras armas, son simples armas de fuego de propiedad familiar, y también portamos palos y porras”.

Los convoyes de ayuda son atacados cada vez más por saqueadores armados que buscan revender la ayuda a precios elevados, así como por multitudes de personas hambrientas que solo esperan alimentar a sus familias.

La ONU dijo esta semana que todavía está teniendo dificultades para entregar la ayuda donde más se necesita, y culpó a Israel de retrasar los convoyes al hacer que los procedimientos sean demasiado engorrosos.

Mientras que el Programa Mundial de Alimentos dijo el domingo que Israel acordó agilizar el proceso y permitir el uso de rutas alternativas, la ONU afirma que una gran proporción de los camiones sigue siendo bloqueada.

Ante las acusaciones de provocar hambre intencionada en la población de Gaza, Israel a su vez culpó a la ONU, diciendo que no distribuye los suministros adecuadamente, y a Hamas, al cual acusa de robar la ayuda.

En ausencia de seguridad oficial, el clan Abu Mughsaib y otros grupos están interviniendo.

Un miembro del clan dijo a CNN que organismos internacionales, incluyendo la Organización Mundial de la Salud (OMS), pidieron seguridad para la entrega de su ayuda.

“Después de que tuvimos éxito, nuestro grupo familiar fue formalmente establecido para ese propósito”, dijo el miembro del clan a CNN, agregando que la familia forma parte de la tribu Tarabin, una destacada familia beduina.

“Nos coordinamos con algunas otras familias y nos encargamos de asegurar las entregas de ayuda”, dijo para agregar que a diferencia de otros grupos, los Abu Mughsaib no colaboran ni con Israel ni con Hamas.

Un portavoz de la OMS dijo que la organización trabaja con “varios líderes comunitarios” y con el Ministerio de Salud en Gaza para asegurar que “cuando la ayuda crítica pasa… las comunidades sean informadas y comprendan que los artículos son ayuda médica vital”.

Acompañar los camiones es un negocio arriesgado. El clan envió un video a CNN que, según dicen, muestra a sus miembros escoltando un convoy de 10 camiones entregando ayuda. Se ven hombres armados —algunos enmascarados y algunos vistiendo chalecos de alta visibilidad— sentados sobre los vehículos que avanzan a toda velocidad por la carretera Salah al-Din en Deir al-Balah, disparando al aire.

Se puede ver gente corriendo junto a la carretera, pero nadie intenta interceptar el convoy.

El clan también afirmó que tiene una asociación con una empresa de transporte de terceros en Gaza,que, según ellos, moviliza ayuda para organismos humanitarios, incluyendo World Central Kitchen.

Un portavoz de World Central Kitchen dijo que la organización no trabaja con el Clan Mugaiseb.

El miembro del clan que habló con CNN dijo que, aunque sí reciben pagos de algunos grupos, a veces prestan protección de forma gratuita.

“Como con la Organización Mundial de la Salud, cuando se trata de medicamentos o leche infantil, trabajamos de manera voluntaria. Para los envíos del sector privado y bienes comerciales, se nos paga en función de los riesgos que asumimos. Algunas organizaciones también proporcionan pequeños pagos para cubrir combustible, munición y costos similares”, dijo.

La ONU dijo que el proceso de aprobación que consume mucho tiempo para permitir la entrada de ayuda a Gaza a menudo deja camiones atrapados en un solo lugar durante mucho tiempo, atrayendo a grandes multitudes de personas.

Olga Cherevko, de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA, por sus siglas en inglés), acompañaba a uno de esos convoyes mientras intentaba entregar ayuda desde el cruce fronterizo de Kerem Shalom a principios de esta semana.

Dijo que el convoy fue retenido durante dos horas y media en un puesto de control israelí. “Cuando finalmente nos permitieron pasar, nos encontramos en la carretera con decenas de miles de personas hambrientas y desesperadas que descargaron directamente todo de la parte trasera de nuestros camiones”, dijo Cherevko.

Según sus propios datos, la ONU y sus socios han descargado 2.134 camiones de ayuda en los cruces de Gaza desde el 19 de mayo, cuando Israel levantó parcialmente un bloqueo impuesto en marzo.

Mientras que la ONU dijo que la gran mayoría de ellos, unos 2.010 camiones, fueron recogidos, solo 260 llegaron a sus destinos previstos. Más de 1.750 fueron interceptados, ya sea pacíficamente por personas hambrientas o por la fuerza por bandas armadas.

Israel ha acusado a Hamas de robar ayuda, pero una revisión interna del Gobierno de Estados Unidos no encontró pruebas de robo generalizado.

Más de 1.060 personas han muerto y 7.200 han resultado heridas mientras intentaban acceder a alimentos en Gaza desde mayo, según las Naciones Unidas. La mayoría murió en las cercanías de los puntos de distribución establecidos por la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF, por sus siglas en inglés), una iniciativa privada controvertida respaldada por Estados Unidos e Israel.

Muy poca ayuda está llegando a quienes más la necesitan, según organismos humanitarios.

Eyad al-Masri, un padre de 31 años con dos hijos y un tercero en camino, solía comprar comida a personas que la obtenían en los notoriamente peligrosos puntos de distribución de ayuda. Los precios eran altos, pero aún más bajos que en el mercado.

Pero el sábado, sin dinero, decidió ir él mismo al punto cerca de Netzarim, Gaza.

La suya es una historia común. La Clasificación Integrada de Fases de Seguridad Alimentaria (IPC, por sus siglas en inglés), una iniciativa respaldada por la ONU, dijo el martes que “el peor escenario de hambruna” se está desarrollando en Gaza.

El Ministerio de Salud del territorio también dijo el martes que 900.000 niños están pasando hambre, y 70.000 ya muestran signos de desnutrición.

“Sentí que no tenía otra opción”, dijo al-Masri a CNN. “Cuando llegaron los camiones, me sorprendió la cantidad de ladrones armados, algunos llevando cuchillos, otros con armas de fuego, operando en grandes grupos”.

Al-Masri logró obtener una caja de comida, y se alegró al pensar que podría darle a sus hijos y su esposa embarazada al menos algo de lo que tanto necesitaban. “Pero cuando salía del área, un hombre armado con un cuchillo vino hacia mí y trató de quitarme la caja por la fuerza”, dijo al-Masri.

Le ofreció compartir el contenido, pero el atacante insistió en llevárselo todo. “Cuando me negué, me apuñaló varias veces en la cabeza”, dijo.

Corriendo tras el ladrón, al-Masri no se dio cuenta de que estaba sangrando. Él estaba concentrado en recuperar al menos parte de la comida, lo cual finalmente logró con la ayuda de otros.

“Hay personas hambrientas que vienen a estas áreas de distribución, pero no pueden obtener nada debido a los grupos armados”, dijo.

El miembro del clan Abu Mughsaib dijo que los ataques contra su grupo provienen de todos los lados: de otras familias, bandas organizadas de saqueadores, Hamas y el Ejército israelí.

Dijo que en julio un miembro del equipo de escolta fue murió a tiros a manos de Hamas, el cual luego dijo que la muerte fue un error.

“Hace un mes, el Ejército israelí abrió fuego contra un vehículo que transportaba miembros de nuestro equipo de escolta, hiriendo a dos de nuestros hombres”, agregó.

Agregó, sin embargo, que el grupo continuará brindando seguridad mientras sea necesario.

“Las personas vulnerables necesitan urgentemente comida y medicinas. No somos una alternativa a ninguna autoridad, ni pretendemos reemplazar a nadie”, dijo.

Pero admitió que el poder del grupo solo llega hasta cierto punto. “Tenemos instrucciones estrictas de no dañar a ningún civil. (…) Incluso si logran apoderarse de un camión en tales casos, los dejamos llevárselo sin confrontarlos”.

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