Demócratas a favor de Israel intentan distanciarse de Netanyahu para frenar el giro del partido en medio de la crisis en Gaza
Por Edward-Isaac Dovere, CNN
Con el temor de que el sionismo desaparezca entre los demócratas, muchos líderes del partido se han distanciado explícitamente del primer ministro Benjamín Netanyahu para intentar evitar que las posturas antiisraelíes se conviertan en una prueba ideológica para las elecciones legislativas del próximo año y las primarias presidenciales de 2028.
Pero en privado, varios dijeron a CNN que temen que ya sea demasiado tarde.
La resolución fallida de la semana pasada para bloquear nuevas ventas de armas a Israel, respaldada por un número récord de senadores demócratas, marcó solo el comienzo. Una nueva carta que pide el reconocimiento del Estado palestino ya reúne firmas en la Cámara de Representantes. Aliados devotos de Israel han alzado la voz contra su gobierno y han ignorado los mensajes y llamadas de los pocos votantes o donantes del partido que aún respaldan con firmeza las acciones de Israel en Gaza, casi dos años después del ataque de Hamas del 7 de octubre de 2023.
Ya no es solo la izquierda más radical la que rechaza los años de Netanyahu alineándose con los republicanos. También hay una fuerte reacción entre muchos políticos demócratas que se han sentido intimidados por el Gobierno israelí y el Comité de Asuntos Públicos Estados Unidos-Israel (AIPAC), un grupo de cabildeo, además de una profunda repulsión por las imágenes de hambruna y niños muriendo.
“Podemos tener desacuerdos sobre muchas cosas en política exterior, pero no hay lugar para tolerar una hambruna masiva”. dijo el senador Brian Schatz, de Hawai, quien es judío y es visto como uno de los futuros líderes del partido en el Senado. Schatz argumenta que se está confundiendo el oponerse al Gobierno israelí con oponerse al derecho de Israel a existir, algo que califica de “ridículo” y de una “estrategia intencional” para desviar la atención.
“Creo que hay un reconocimiento de que Netanyahu está haciendo que Israel, los israelíes y los judíos estén menos seguros en todo el mundo”, dijo Schatz. “Cada vez más de nosotros estamos diciendo eso y votando en consecuencia”.
La representante Mikie Sherrill, quien representa un distrito moderado en Nueva Jersey con una población judía significativa y es ahora la candidata demócrata a la gobernación en un estado tradicionalmente azul donde Trump tuvo un desempeño más fuerte de lo esperado, dijo que ha percibido un cambio claro entre los votantes.
“Cada vez más personas están llegando a la conclusión de que: el 7 de octubre fue horrible, los rehenes deben ser liberados, Israel tiene derecho a existir, Netanyahu ha sido un actor muy negativo en este conflicto, la hambruna en Gaza es inaceptable, y la idea de que para erradicar a Hamas se tenga que matar a cientos de niños inocentes y sus familias no es la forma en que Estados Unidos apoya a sus aliados”, dijo Sherrill a CNN la semana pasada. “Netanyahu debe rendir cuentas”.
Y el gobernador de Minnesota, Tim Walz, quien fue el candidato demócrata a la vicepresidencia en 2024 y está considerando una candidatura presidencial, dijo que después de ver cómo resonó el conflicto en Israel durante la campaña del año pasado, “seguirá siendo un tema” para 2028.
En cuanto a lo que viene después, Walz dijo: “La gente va a hablar del tema con convicción”.
Cuando Netanyahu visitó el Capitolio durante un viaje a Washington en julio, solo un puñado de senadores demócratas participó en una foto bipartidista con él. Entre ellos estaba el senador Cory Booker, de Nueva Jersey, un firme defensor de Israel que fue objeto de burlas en redes sociales por parecer colocarse de tal manera que su rostro no fuera visible en la imagen.
Booker, quien ha estado recaudando fondos de cara a una posible candidatura presidencial, dijo a CNN que eso se debió únicamente a un mal ángulo y que se ubicó donde el fotógrafo le indicó. Afirmó estar de acuerdo en criticar a Netanyahu, pero añadió: “No se puede exigir, negociar ni trabajar en una resolución del conflicto si no se conversa con los actores principales que están involucrados”.
Líderes de varios grupos judíos y a favor de Israel dijeron a CNN, en privado, que han llegado a la conclusión, con cierto pesimismo, de que su enfoque más realista y práctico es esperar a ver qué hacen los israelíes en las elecciones del próximo año.
Sin embargo, los críticos han intentado en vano durante casi cuatro décadas esperar a que salga del poder el primer ministro más longevo de Israel, un conservador que ha frustrado a presidentes demócratas desde Bill Clinton. Netanyahu rechaza la creación de un Estado palestino y ha afirmado que no hay “hambruna” en Gaza, a pesar de que su gobierno ha enfrentado presión internacional para permitir una mayor distribución de ayuda humanitaria.
Y todavía hay altos dirigentes demócratas que seguirán apoyando a Netanyahu, o al menos evitarán distanciarse demasiado de él.
Al ser consultados sobre si estaban listos para distanciarse de Netanyahu, un asistente del líder demócrata en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, señaló declaraciones recientes que condenan la violencia y solicitan ayuda humanitaria. Un asistente del líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, no respondió.
El tradicional viaje financiado por AIPAC para los congresistas demócratas de primer año a Israel —este año liderado por el representante Steny Hoyer, exlíder de la mayoría en la Cámara, y Pete Aguilar, presidente del Caucus Demócrata— partirá a finales de esta semana. Se espera que el grupo se reúna con Netanyahu durante su visita. Un vocero de Hoyer declinó confirmar los detalles del viaje, incluyendo si efectivamente se reunirán con el primer ministro israelí.
El raro demócrata que aún respalda públicamente a Netanyahu, al expresar opiniones que siguen resonando entre algunos votantes y donantes, es el senador John Fetterman, de Pensilvania.
“Ese es el líder elegido democráticamente. Si hay que escoger entre Hamas o el líder elegido democráticamente, yo siempre voy a apoyar a Israel en esto,” dijo Fetterman. “Vi esas imágenes. Obviamente son horribles, desgarradoras. Muchos culpan a Israel por eso. Yo solo culpo a Hamas, y en última instancia culpo a Irán”.
La victoria de Zohran Mamdani en las primarias demócratas para la alcaldía de Nueva York en junio demostró que no apoyar explícitamente el derecho de Israel a existir como un Estado judío, o calificar su conducta como un genocidio, no descalifica automáticamente a un candidato, incluso en una ciudad donde los judíos representan una gran parte del electorado.
Una encuesta de CNN realizada a mediados de julio reveló que solo el 23?% de los estadounidenses considera que las acciones de Israel están completamente justificadas, una caída de 27 puntos con respecto a una encuesta realizada poco después de los ataques del 7 de octubre.
El porcentaje de demócratas y adultos cercanos al Partido Demócrata que opinan que Estados Unidos proporciona demasiada ayuda militar a Israel aumentó del 44?% en marzo al 59?%. Entre los demócratas menores de 35 años, la oposición a la ayuda militar es aún más fuerte: el 72?% considera que Estados Unidos está haciendo demasiado.
El senador de Rhode Island, Jack Reed, conocido más por la seriedad con la que aborda asuntos militares que por seguir las tendencias políticas, dijo que votó a favor de una enmienda para detener la venta de rifles incluida en la resolución de la semana pasada, con el fin de llamar la atención de Netanyahu, aunque “tenemos que equilibrar el envío de un mensaje con asegurar que estratégicamente puedan protegerse”.
Estar fuera de la Casa Blanca y sin control de ninguna de las cámaras del Congreso limita las opciones de los demócratas, señaló Reed. Argumentó que los republicanos no han hecho lo suficiente más allá de que el presidente Donald Trump expresara su consternación por las fotos de niños hambrientos, o que la congresista Marjorie Taylor Greene, conocida por marcar tendencias dentro de su partido, haya usado la palabra “genocidio”.
Pero Reed, de 75 años, dijo sentirse perturbado al ver cómo crecen los sentimientos antiisraelíes, incluso entre los votantes demócratas más jóvenes.
“Parte de esto es una reacción a las escenas de violencia contra niños, y también, creo, son una generación que no ha crecido, como yo, literalmente con Israel, cuando se veía a una nación en lucha que había sido perseguida más que cualquier otro pueblo en la Tierra que comienza a construir una verdadera democracia”, dijo Reed.
Para el senador Chris Murphy, de Connecticut, otro demócrata que suena como posible candidato presidencial en 2028, no hay ambigüedad en cómo debe hablarse del tema.
“Sé que nuestros enemigos políticos quieren hacer creer que si no apoyas lo que Netanyahu está haciendo ahora en Gaza, entonces no apoyas a Israel. No debemos ceder ante eso. No debemos operar desde el miedo”, dijo Murphy a CNN.,
El gobernador de Kentucky, Andy Beshear, también mencionado como posible aspirante presidencial, afirmó que su convicción personal es que “siempre debemos tener un Israel que pueda defenderse, tanto por su propia seguridad como por la seguridad nacional de Estados Unidos, y también que no debería haber personas muriendo de hambre en Gaza”.
El senador Bernie Sanders, de Vermont, quien redactó la resolución sobre ayuda militar pero también advirtió a Mamdani el mes pasado, cuando se reunieron en privado, que sea más cuidadoso al dejar claro que no es antiisraelí ni antisemita, dijo a CNN que cree que sus colegas corren el riesgo de perder una conexión auténtica con los votantes si no cambian rápidamente lo que están diciendo y haciendo respecto a Israel.
Cuando se le preguntó si eso podría hacer que los demócratas fueran percibidos como antiisraelíes, Sanders —quien es judío y vivió en Israel durante unos meses décadas atrás— respondió:
“Ser anti Netanyahu, estar en contra de un gobierno de extrema derecha y racista, eso es estar en contra del Gobierno de Israel. Pero si estás en contra de Trump, no estás en contra de Estados Unidos”.
Rahm Emanuel, cuyo segundo nombre literalmente es “Israel”, recordó que Netanyahu lo llamó “judío que se odia a sí mismo” cuando era jefe de gabinete del presidente Barack Obama.
Los simpatizantes más fieles de Obama se enfurecieron ante lo que consideraban una falta de respeto, especialmente considerando que Obama había aprobado aumentos en la ayuda militar, incluyendo para el sistema de defensa antimisiles conocido como Cúpula de Hierro. En 2015, Netanyahu rompió el protocolo al dirigirse directamente al Congreso —sin pasar por la Casa Blanca— para criticar el acuerdo nuclear con Irán que Obama estaba negociando. Para 2016, Netanyahu ya estaba forjando una relación cercana con Trump, a quien terminó elogiando en los últimos días de las elecciones presidenciales de 2020.
Netanyahu se acercó tanto a Trump que incluso dudó en condenar su comentario de “gente muy buena en ambos lados” tras la marcha neonazi en Charlottesville, Virginia, en 2017. El mes pasado, Netanyahu concedió una entrevista a un podcast afín al movimiento MAGA, y cuando se le preguntó sobre la postura de Mamdani hacia Israel, respondió hablando primero sobre el apoyo previo del candidato a la propuesta de “quitar fondos a la policía”, un tema recurrente entre los partidarios de Trump.
“Tomó la decisión consciente de posicionar a Israel como un tema político partidista. Todo el mundo le advirtió que era un error”, dijo Emanuel, actualmente colaborador de CNN. “Como siempre, creyó que era el único inteligente en la sala”.
Ahora Emanuel está considerando una candidatura presidencial. Cuando se le preguntó si le preocupa que el apoyo a Israel se convierta en una prueba ideológica, respondió: “No creo que se pueda predecir dónde estaremos en dos o tres años, pero si no cambiamos el rumbo, ya se puede ver hacia dónde nos lleva este camino”.
Líderes de varios grupos judíos y proisraelíes dijeron a CNN, en privado, que su enfoque más práctico por ahora es esperar en silencio que pase el trauma y confiar en que la política gire. Hay otra elección israelí el próximo año, y aunque Netanyahu ahora lidera una coalición minoritaria, ya ha sido descartado antes… y ha logrado volver.
“En la medida en que los demócratas están expresando cada vez más su preocupación y desaprobación por la situación en Gaza, eso en gran parte está alineado con lo que piensa la mayoría de los judíos estadounidenses”, dijo Halie Soifer, CEO del Consejo Judío Demócrata de Estados Unidos, una organización surgida tras los comentarios de Trump sobre Charlottesville, y que, según ella, ha visto un gran aumento en su membresía desde la segunda investidura de Trump.
Muchos votantes judíos estadounidenses se acercaron al Partido Republicano el año pasado, impulsados por la percepción de que los líderes demócratas no eran lo suficientemente proisraelíes y por el hecho de que habían sido demasiado permisivos con algunas protestas antiisraelíes que derivaron en antisemitismo. Y eso fue con Joe Biden en la Casa Blanca, un presidente abiertamente sionista, que en retrospectiva varios líderes demócratas consideran que logró contener una crisis humanitaria aún más grave de la que se desató tras su salida.
Sin embargo, las acciones y comentarios de Biden también alimentaron el movimiento “Uncommitted” (“No comprometidos”) y a manifestantes que interrumpían regularmente sus actos el año pasado, argumentando que sus posturas que para algunos no eran lo bastante pro-Israel eran en realidad demasiado pro-Israel.
Para noviembre, la campaña de Kamala Harris se había visto envuelta en múltiples tensiones al intentar satisfacer a todas las facciones. La desilusión generalizada contribuyó a las derrotas cerradas en Michigan y Pensilvania, ambos estados con grandes poblaciones judías y árabe-estadounidenses, y en otros más.
Tres grandes demócratas compiten por el escaño abierto en el Senado por Michigan el próximo año: Abdul El-Sayed, quien respaldó el movimiento Uncommitted y acusó a Israel de genocidio; la senadora estatal Mallory McMorrow, quien en un acto de campaña el miércoles habló como madre al referirse al sufrimiento y dijo sobre Netanyahu: “No podemos permitir que este hombre nos diga que lo que estamos viendo con nuestros propios ojos no está ocurriendo realmente”; y la representante Haley Stevens, elogiada por AIPAC por su apoyo a Israel, quien en abril lo describió como “un fuerte aliado de Estados Unidos, una democracia y un faro de esperanza”.
Chuck Schumer y Kirsten Gillibrand, quien lidera la comisión de campaña del Senado demócrata, han expresado su preferencia por Stevens, quien publicó la semana pasada una declaración en la que hace un llamado a cooperar para lograr que llegue comida a Gaza y liberar a los rehenes israelíes.
El gobernador de Carolina del Norte, Josh Stein, el primer líder judío de ese estado, dijo que no está convencido de que este tema vaya a movilizar al electorado en general. Pero también afirmó que es imposible observar la política y la situación sin sentir una profunda tristeza.
“Los demócratas enfrentamos una línea más difícil simplemente porque los republicanos dicen: ‘Estamos totalmente con Israel’, así que la gente sabe si quiere sumarse o alejarse. En cambio, con los demócratas, la gente solo se enoja más”, dijo Stein. “Creo que uno puede ser sionista y crítico del Gobierno de Israel. No creo que esas cosas estén en conflicto. Y creo eso porque es exactamente donde yo estoy”.
The-CNN-Wire
™ & © 2025 Cable News Network, Inc., a Warner Bros. Discovery Company. All rights reserved.