Por Emiliano Giménez

Es, junto al comercio, uno de los dos sectores más dinámicos en términos de creación de empleo en el país. En los ciclos virtuosos de la economía, la expansión de la industria se hace notar. Y cuando la actividad se retrae, el humo de las fábricas también se diluye.

Por estos días, el sector sufre por diferentes factores, muchos de ellos históricos, como su dependencia de un mercado interno robusto, la apertura económica que elimina barreras proteccionistas y la ausencia de condiciones cambiarias favorables para la exportación. Cuando se conjugan esas circunstancias, aparece también otro fenómeno que empieza en silencio y comienza a visibilizarse en la medida que el deterioro avanza: la destrucción de puestos de trabajo.

Compañías de distintos rubros industriales- especialmente textiles- han revelado en las últimas semanas que debieron eliminar parte del personal de sus plantillas en el marco de la caída del consumo, el atraso cambiario y el avance de las importaciones.

Los datos en ese sentido develan una realidad que se va profundizando: desde que Javier Milei asumió la presidencia de Argentina, en diciembre de 2023, la industria cayó ininterrumpidamente en la comparación interanual entre enero de 2024 y noviembre del mismo año, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Fueron once meses consecutivos durante los cuales la actividad decreció en algunos casos dos dígitos porcentuales. El techo de ese derrumbe fue en marzo de 2024, cuando el sector fabril se contrajo un 21,5 % interanual. La actividad se desperezó en los últimos meses, pero no alcanza en ningún caso para recuperar lo perdido.

Como suele suceder, los efectos en el mercado de trabajo industrial se sintieron más lentamente, pero de forma constante.

Según el último reporte disponible sobre la situación y evolución del trabajo registrado realizado por el Ministerio de Capital Humano, con datos de abril, entre ese mes y marzo de 2025 se perdieron alrededor 6800 empleos en las industrias manufactureras, un promedio de 226 puestos destruidos por día. Si se amplía el espectro, se observa que desde que asumió Milei 31.000 trabajadores industriales perdieron su empleo, al menos hasta abril. Y solo en seis meses desde diciembre de 2023 el sector registró mejoras en la cantidad de personal ocupado.

Como se dijo, hay tres motivos que explican principalmente la caída de las fábricas argentinas. El primero de ellos, tiene que ver con la variación del tipo de cambio en el último período, que encarece costos en dólares, dificulta las exportaciones y estimula la entrada de productos importados. Tres días después de asumir la presidencia en diciembre de 2023, Milei devaluó un 54 % el peso argentino y la cotización del dólar oficial se ubicó en los $ 837,91. Desde ahí hasta nuestros días, la moneda estadounidense avanzó otros 511 pesos hasta llegar a los $ 1346,52 para la venta el miércoles. Es decir, en poco más de un año y medio el dólar subió un 61 %. En el mismo período, la inflación acumulada fue del 214,4 % (junio, último dato disponible). Todo ese atraso se tradujo en costos en dólares más altos y menos incentivos para la exportación.

Con ese dólar “barato”, el avance de las importaciones se hace sentir en el intercambio comercial argentino. De acuerdo con información del Indec, las compras al exterior aumentaron un 35,9 % interanual en junio. De ese total, un 19,1 % correspondió a bienes de capital; un 33,6 % a bienes intermedios; un 19,1 % a piezas y accesorios para bienes de capital; y un 22% entre vehículos y bienes de consumo. Todos estos rubros inciden directamente en el comportamiento de la industria local.

Ahora bien, cuando se analiza la balanza comercial mes a mes, aparece otro factor que explica la merma en la industria: la caída del consumo. Es que, siempre según el INDEC, las importaciones cayeron intermensualmente en junio. Lo hicieron un 1,2% con respecto a mayo y un 0,6% en el acumulado de 2025, comparado con el mismo período del año pasado. Es decir, con todos los estímulos para crecer, las importaciones de todas maneras caen, porque se achica el mercado en medio de un ciclo económico que no termina de despegar.

Las ventas minoristas cayeron en junio un 0,5% interanual, de acuerdo con un reporte de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). En la comparación con mayo, se anotó también una baja del 6,7% y en el acumulado anual las ventas crecen un 9,1%, que no alcanza a cubrir la baja de un 17,2% en el mismo período del año pasado.

Hay rubros de la industria que vienen rebotando con respecto al año pasado (autos, motos, entre otros) pero otros presentan bajas en la misma comparación.

Marcelo Fernández es presidente de la Confederación General Empresaria de la República Argentina (CGERA). Es un empresario textil que grafica el momento que vive la industria, especialmente los sectores de la pequeña y mediana empresa: “al querer bajar la inflación, el gobierno facilitó importaciones, sacando medidas, protecciones y controles que teníamos, y eso hizo que los precios fueran a la baja. Ahora esto se tornó peligroso porque, con la baja del consumo, la industria ha tenido una considerable pérdida de mercado, y esto llevó a suspensiones, adelantos de vacaciones y despidos”.

Fernández no arriesga números sobre la cantidad de empleos perdidos, pero sostiene que lo más importante es el rumbo que tiene el programa económico. “Con la devaluación de julio y el aumento de tarifas, evidentemente nosotros nos encontramos en una situación muy complicada. Es un panorama que queremos discutir con las autoridades”.

Es una discusión que parece urgente, habida cuenta de que nadie descarta en el sector que, de seguir por este camino, continúe la pérdida de empleos y eventualmente el cierre de empresas.

The-CNN-Wire
™ & © 2025 Cable News Network, Inc., a Warner Bros. Discovery Company. All rights reserved.