Fracasan las negociaciones para un Tratado Global de Plásticos y los países siguen divididos sobre cómo abordar la crisis
Por Laura Paddison, CNN
Las conversaciones para finalizar el primer tratado global sobre la contaminación por plásticos en Ginebra, Suiza, fracasaron este viernes debido a que los países permanecieron profundamente divididos sobre cómo abordar la crisis.
La cumbre, celebrada en la sede de las Naciones Unidas y con la participación de delegados de más de 180 países, debía finalizar el jueves tras 10 días de polémicas discusiones, pero se prolongó al no lograr superar el estancamiento.
Más de 100 países habían pedido límites legalmente vinculantes a la producción de plásticos. Muchos también exigieron acciones para abordar los productos químicos tóxicos presentes en los plásticos.
Sin embargo, poderosos países productores de petróleo y gas, como Arabia Saudita y Rusia, se opusieron firmemente, argumentando que el tratado debería centrarse más en el reciclaje, la reutilización y el rediseño que en los límites de producción o la eliminación gradual de sustancias químicas.
El presidente del comité de negociación presentó un borrador del tratado en la madrugada de este viernes, hora local, pero los delegados no aceptaron utilizarlo como base para futuras discusiones, dejando el proceso sin un camino a seguir.
El comité ha dicho que las negociaciones continuarán en una fecha futura, pero existe profunda incertidumbre sobre cuándo y en qué forma se llevarán a cabo.
“Al incumplir otra fecha límite para enfrentar la creciente crisis de la contaminación por plásticos, los estados están poniendo en riesgo la salud de las personas y del planeta”, dijo Sarah Baulch, funcionaria principal de Pew Charitable Trusts.
Los países acordaron negociar un tratado legalmente vinculante sobre plásticos en 2022, con el objetivo de abordar todo el ciclo de vida del plástico: desde su fabricación hasta lo que sucede cuando se desecha.
Las negociaciones en Ginebra marcaron la sexta ronda de discusiones. El proceso debía concluir en Corea del Sur en diciembre, pero las conversaciones se vinieron abajo principalmente por el tema de los recortes en la producción.
La fabricación de plásticos se ha disparado en las últimas décadas, especialmente los de un solo uso. Alrededor de 460 millones de toneladas métricas se producen cada año y los niveles podrían aumentar un 70 % para 2040 sin políticas más estrictas, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Solo una pequeña fracción del plástico se recicla, menos del 10 % a nivel mundial; el resto termina incinerado, en vertederos, o contaminando los ríos y océanos del mundo, matando la vida marina.
A medida que el plástico se degrada, se descompone en microplásticos, diminutas piezas de no más de 5 milímetros. Estos se encuentran en todas partes: el aire que respiramos, el agua que bebemos, en nuestras narices, cerebros e incluso testículos.
Diversas investigaciones científicas muestran que la exposición a los plásticos afecta a los humanos durante toda su vida, desde el útero hasta la vejez.
Los productos químicos tóxicos en los plásticos se han relacionado con una amplia gama de impactos negativos, incluyendo obesidad, enfermedades cardíacas, cáncer, asma y problemas reproductivos.
Los plásticos no son solo un problema de salud y medio ambiente; también representan un enorme reto climático. La gran mayoría se fabrica con combustibles fósiles y genera contaminación que calienta el planeta durante todo su ciclo de vida, desde la producción hasta la eliminación.
A pesar del amplio acuerdo sobre la necesidad de abordar la crisis de los plásticos, ha habido una enorme división sobre cómo hacerlo. Los principales puntos de conflicto han sido si el tratado debe abordar la producción de plásticos en su origen y limitar la cantidad que se produce.
Muchos países y empresas productores de petroquímicos consideran que los plásticos son vitales para sus economías y resultados financieros, especialmente a medida que el mundo avanza hacia energías renovables y se aleja de los combustibles fósiles.
Señalan el papel vital que los plásticos desempeñan en la sociedad, desde instrumentos médicos hasta envases de alimentos, y han impulsado acciones centradas en el final de la vida útil del plástico.
Marco Mensink, del Consejo Internacional de Asociaciones Químicas, dijo que los fabricantes seguían “comprometidos a apoyar un tratado que mantenga los plásticos en la economía y fuera del medio ambiente mediante el avance hacia una economía circular: diseñar productos para su reutilización y reciclaje, recolectándolos al final de su vida útil y convirtiéndolos en nuevos productos”.
Pero muchos países y activistas dicen que la crisis no puede resolverse sin abordar el aumento exponencial en el consumo de plásticos, y que las tasas de reciclaje han permanecido obstinadamente bajas durante décadas.
Representantes de una amplia gama de países expresaron su profunda decepción de irse de Ginebra sin un tratado, según un informe de Associated Press.
Algunos activistas culparon a la presión de los combustibles fósiles por el fracaso de las conversaciones. “La gran mayoría de los gobiernos quiere un acuerdo sólido, pero se permitió que un puñado de actores negativos utilizara el proceso para enterrar esa ambición”, dijo Graham Forbes, líder global de la campaña de plásticos de Greenpeace USA.
Erin Simon, jefa de residuos plásticos y negocios en la organización ambiental sin fines de lucro WWF, dijo que era “profundamente decepcionante” irse de Ginebra sin avances significativos.
“Este colapso en las negociaciones significa que la crisis del plástico continuará sin control, mientras el mundo espera la acción urgente que necesita desesperadamente.”
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