Por Mary Gilbert, CNN

Erin comienza a alejarse de Estados Unidos, pero no hay que sentirse aliviado todavía: el enorme huracán sigue agitando el océano Atlántico, y mantiene condiciones peligrosas a lo largo de más de 1.600 kilómetros de la costa este.

El huracán Erin ha causado importantes perturbaciones en las comunidades costeras esta semana, especialmente en los Outer Banks de Carolina del Norte, incluso sin haber tocado tierra. Ha generado corrientes de resaca potencialmente mortales y oleaje fuerte durante días, y podría seguir empujando el océano hacia las costas al menos hasta el viernes.

El huracán alcanzó su punto más cercano a suelo estadounidense el miércoles por la noche, al bordear los Outer Banks a tan solo 320 kilómetros. Provocó graves inundaciones costeras que erosionaron las playas y cerraron partes de la carretera que une las islas de barrera.

El giro de Erin hacia el noreste, alejándose de Estados Unidos, comenzó la madrugada de este jueves y se prevé que pronto acelere y deje la costa.

Esto es lo que se puede esperar de Erin y su impacto.

Erin es un huracán de categoría 2 y se desplaza hacia el norte noreste, alejándose de la costa este.

Sus vientos con fuerza de tormenta tropical alcanzaron casi 922 kilómetros de punta a punta este jueves por la mañana, lo que convierte a Erin en un sistema más grande que el 90 % de los sistemas tropicales que han recorrido la misma zona del Atlántico con una fuerza similar, según el Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés).

Las alertas de tormenta tropical y marejada ciclónica dejaron de estar vigentes en EE. UU. a partir del jueves por la noche. Erin provocó ráfagas de viento con fuerza de tormenta tropical de entre 64 y 80 km/h en gran parte de los Outer Banks la madrugada del jueves y unas ráfagas de hasta 72 km/h en la costa de Virginia y Maryland. Una alerta de tormenta tropical permanece vigente para Bermudas.

A medida que Erin avanza hacia el norte, el huracán incrementa el riesgo de inundaciones costeras en otras partes del Atlántico medio, así como en el noreste, al elevar los niveles de agua más de lo debido, especialmente durante la marea alta. Las inundaciones han azotado zonas costeras desde Carolina del Sur hasta Nueva Jersey, Nueva York y Massachusetts.

El gobernador de Nueva Jersey, Phil Murphy, declaró el estado de emergencia este jueves por la tarde antes de que las inundaciones por mareas provocaran varios cierres de carreteras y rescates acuáticos en Atlantic City y Wildwood.

El gobernador de Delaware, Matt Meyer, anunció que el Centro de Operaciones de Emergencia del estado se activó en respuesta a las inundaciones.

“Los equipos están preparados y listos, pero necesitamos que ustedes hagan su parte. Manténganse alejados de las playas esta noche y de las carreteras propensas a inundaciones”, dijo Meyer en una publicación en redes sociales este jueves por la noche.

El riesgo de corrientes de resaca también se mantiene hasta el viernes por la mañana en la mayor parte de la costa este. Es probable que persista un riesgo elevado al menos durante el fin de semana.

Más de 70 personas fueron rescatadas de las corrientes de resaca en Carolina del Norte esta semana, antes del paso más cercano de Erin.

“Algunas de estas corrientes de resaca arrastran de seis a ocho personas a la vez”, declaró a CNN Sam Proffitt, director de rescate oceánico de Wrightsville Beach, quien describió las condiciones como “muy fuertes” y “peligrosas”.

Proffitt señaló que el volumen de agua que se mueve y se canaliza es tan intenso que “realmente no importa lo buen nadador que seas”.

Muchas playas populares de la costa este, incluyendo Carolina del Norte, Maryland, Virginia, Delaware, Nueva York y Nueva Jersey, han restringido la natación esta semana como resultado.

Carolina del Norte permanece en estado de emergencia después de que Erin provocara grandes olas que impactaron la costa, afectando viviendas y negocios costeros, y provocara importantes inundaciones costeras en sus Outer Banks el miércoles.

Se ordenaron evacuaciones antes del huracán en partes de los Outer Banks, incluyendo las islas Hatteras y Ocracoke. El sistema de transbordadores de Carolina del Norte evacuó a más de 2.200 personas y 1.100 vehículos de la isla Ocracoke solo el miércoles.

Las autoridades habían advertido a principios de semana que la carretera 12 de la región —el estrecho y pintoresco tramo que conecta las islas de barrera— podría quedar completamente inaccesible. Tenían razón.

La carretera 12 estuvo cerrada este jueves por la mañana después de que arena, agua y escombros cubrieran varios tramos durante la noche. La fuerza del océano azotado por el huracán rompió y aplanó las dunas de arena diseñadas para proteger la carretera en partes de Hatteras y Ocracoke, según el Departamento de Transporte de Carolina del Norte.

Los equipos están trabajando para despejar la vía, pero el Departamento de Transporte no tenía una estimación –este jueves por la mañana– sobre cuándo se reabriría.

Según un comunicado de prensa, el gobernador de Carolina del Norte, Josh Stein, viaja este viernes al condado de Dare, donde se encuentra la isla Hatteras, para evaluar los daños que causó Erin.

Erin perderá fuerza a medida que se dirige al Atlántico norte y entra en condiciones atmosféricas más hostiles este fin de semana y podría convertirse en una tormenta tropical el domingo, muy lejos del violento huracán de categoría 5 que fue durante un tiempo el fin de semana pasado.

Erin se convirtió en una de las tormentas de mayor intensidad en la historia del Atlántico tras pasar de categoría 1 a categoría 5 en tan solo 24 horas. Los huracanes se intensifican rápidamente con mayor frecuencia a medida que los océanos y la atmósfera se calientan en un mundo contaminado por combustibles fósiles.

Lo más probable es que Erin no sea el último huracán del Atlántico que se intensifique rápidamente en la temporada (el año pasado hubo nueve).

En los próximos días podrían formarse más sistemas tropicales tras el paso de Erin.

Una zona de lluvias y tormentas eléctricas cerca de las Islas de Sotavento en el Caribe tiene una alta probabilidad de convertirse en al menos una depresión tropical este fin de semana, según el NHC. No está claro hacia dónde se dirigirá a partir de ahí, pero los primeros indicios apuntan a que podría seguir una curva similar a la de Erin.

Otra zona de clima tormentoso sobre el Atlántico tropical abierto tiene una probabilidad media de convertirse en una depresión tropical de corta duración hacia el final de esta semana.

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Alisha Ebrahimji, Amanda Musa, Rebekah Riess, Michael Yoshida, Jordan D. Brown y Sara Smart de CNN contribuyeron a este informe.