Una "apuesta existencial": SpaceX se prepara para la próxima prueba de Starship, pero algunos expertos están preocupados
Por Jackie Wattles, CNN
El sistema de cohetes más poderoso jamás construido se encamina hacia su próxima prueba, utilizando una versión del vehículo que ha estado en el centro de una serie de errores y fallas explosivas.
SpaceX anunció que planea lanzar su megacohete Starship en un vuelo de prueba de una hora a partir de las 7:30 p.m., hora de Miami, del domingo, aunque la hora de despegue está sujeta a cambios. Se espera que la transmisión en vivo del evento comience unos 30 minutos antes, según la compañía.
El prototipo no tripulado de Starship seguirá un plan de vuelo similar al de las tres últimas misiones y tratará de cumplir con objetivos de prueba que quedaron pendientes en dichas pruebas, las cuales finalizaron prematuramente. SpaceX debutó la generación actual de vehículos Starship en enero, tras una serie de pruebas exitosas con una versión ligeramente reducida del cohete en 2024.
Sin embargo, desde ese debut, el vehículo explotó dos veces sobre islas pobladas al este de Florida, creando escombros que impactaron carreteras en Islas Turcas y Caicos y llegaron a las costas de islas bahameñas. La nave espacial también perdió el control mientras se dirigía a su sitio de aterrizaje en el océano Índico en su último vuelo de prueba en mayo.
Luego, en junio, una nave Starship que estaba asegurada a una plataforma de pruebas de motores en las instalaciones de lanzamiento y desarrollo de la compañía en el sur de Texas explotó abruptamente, esparciendo fragmentos y causando daños a la infraestructura de SpaceX.
Estos contratiempos despertaron críticas de larga data hacia SpaceX y atrajeron a nuevos críticos, incluido el Gobierno de México, que ha amenazado con tomar acciones legales contra la empresa por los informes de escombros en sus costas y alrededores. El Gobierno del Reino Unido también declaró el jueves que ha estado “trabajando en estrecha colaboración con socios del Gobierno de EE.UU. para proteger la seguridad” de sus territorios de ultramar, incluidas Islas Turcas y Caicos.
La cadena de percances de este año también ha generado preocupaciones entre expertos en vuelos espaciales e interesados que han recalcado que Estados Unidos tiene mucho en juego en el eventual éxito de Starship, incluidos sus planes para llevar de nuevo a humanos a la Luna en 2027.
El éxito no está garantizado.
“Es muy, muy difícil predecir cómo va a terminar esto”, dijo Garrett Reisman, exastronauta de la NASA y consultor de SpaceX, quien es profesor de ingeniería astronáutica en la Universidad del Sur de California.
“Creo que podría terminar sin funcionar nunca, o podría terminar revolucionando todo nuestro futuro de actividades en el espacio y la geopolítica”, agregó, refiriéndose al objetivo de Estados Unidos de mostrar superioridad técnica frente a China en una nueva carrera espacial.
SpaceX dijo que implementó cambios en el sistema Starship, que está previsto que vuele este fin de semana, en respuesta al último fallo en vuelo ocurrido en mayo.
Estas modificaciones incluyen ajustes a un componente llamado difusor de combustible, que la empresa cree que falló durante el último vuelo, provocando que se acumulara una presión mayor a la esperada en la punta del Starship. De acuerdo con un resumen técnico publicado por SpaceX la semana pasada, esto probablemente fue lo que causó que el vehículo perdiera el control.
A pesar de la serie de problemas recientes, la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés), que otorga licencias para lanzamientos de cohetes comerciales, dijo la semana pasada que había cerrado su investigación sobre el último incidente de SpaceX y aprobó los planes de la empresa para el lanzamiento del domingo.
Según las leyes y regulaciones actuales, la FAA solo tiene la tarea de garantizar que las empresas de cohetes comerciales no representen un riesgo para la propiedad pública o la seguridad de los transeúntes.
“No hay informes de lesiones al público ni daños a la propiedad pública. La FAA supervisó y aceptó los hallazgos de la investigación liderada por SpaceX”, dijo la agencia en un comunicado del 15 de agosto. “SpaceX identificó acciones correctivas para evitar que el evento se repita”.
En su actualización, SpaceX también dejó claro que la versión de Starship que ha experimentado tantos problemas pronto será retirada.
“Quedan dos vuelos con la generación actual, cada uno con objetivos de prueba diseñados para ampliar el rango de capacidades del vehículo”, según una publicación en el blog de la compañía.
El CEO de SpaceX, Elon Musk, ya ha insinuado planes para versiones más grandes y ambiciosas del vehículo, que serían aún más altas y transportarían más propelente.
Ahora parece claro que SpaceX buscará esa versión ampliada de Starship —que ya es más del doble de potente que los cohetes de la NASA que impulsaron los alunizajes del programa Apolo—, tenga o no éxito la línea actual de prototipos en una prueba.
“Es muy posible que una mejora mayor pueda resolver el problema actual”, dijo Reisman. “Pero también podría introducir nuevos problemas; nunca se sabe”.
Cabe destacar que el Gobierno de EE.UU. ha tomado varias medidas que podrían ayudar a SpaceX a acelerar las pruebas de Starship.
En mayo, la FAA aprobó los planes de la compañía para lanzar Starship hasta 25 veces al año desde Texas, frente a las cinco veces que tenía autorizadas previamente.
Y a principios de este mes, el presidente Donald Trump —a pesar de una ruptura pública y polémica con Musk en junio— emitió un decreto que parece diseñado para reducir obstáculos y supervisión regulatoria para las operaciones de cohetes del sector privado, incluidas las revisiones ambientales.
Mientras tanto, las apuestas parecen aumentar con cada vuelo de prueba de Starship, ya que SpaceX corre contra el reloj.
No solo Musk quiere enviar uno de los vehículos en un vuelo no tripulado a Marte cuando surja la próxima oportunidad en 2026, sino que la NASA también planea enviar a sus astronautas a la superficie lunar a bordo de uno de estos vehículos tan pronto como a mediados de 2027, como parte de un contrato de US$ 2.900 millones.
“Hicimos esta apuesta” por Starship, dijo Janet Petro, quien fue administradora interina de la NASA hasta julio. “Han tenido un año difícil, pero SpaceX es una empresa bastante intensa y motivada”.
Petro agregó que tiene “plena confianza” en que SpaceX perfeccionará el diseño de Starship y logrará que el vehículo funcione.
Reisman, el exasesor de SpaceX, dijo que también es optimista, pero menos seguro.
“SpaceX ha hecho una apuesta existencial con Starship”, dijo Reisman, y agregó que le preocupa el ritmo de progreso que SpaceX ha tenido con Starship. “Están invirtiendo una enorme cantidad de dinero y recursos en su desarrollo… pero en algún momento, las leyes de la física financiera siguen aplicando”.
Si todo sale según lo planeado con el próximo vuelo de Starship, conocido como Vuelo 10, el sistema de lanzamiento Starship, de 120 metros de altura, despegará desde las instalaciones de SpaceX en el sur de Texas y volará sobre las aguas de la costa.
La parte inferior del sistema de cohetes, que proporciona el impulso inicial en el despegue y se llama Super Heavy, intentará realizar un amerizaje controlado frente a la costa de Texas, según SpaceX.
Para esta misión, la compañía no intentará repetir su dramático aterrizaje de Super Heavy con “palillos”, en el que el propulsor se dirige de regreso a los brazos de la torre desde la que despegó. SpaceX dijo que, en cambio, someterá al propulsor a una serie de pruebas diseñadas para llevar el vehículo al límite “para recopilar datos de rendimiento en el mundo real” que podrían simular una misión futura que no salga según lo planeado.
Mientras tanto, la nave Starship superior, diseñada para transportar carga o convoyes de astronautas en el futuro, pero que en esta misión solo llevará satélites simulados, continuará volando por el espacio.
Durante el vuelo, Starship intentará desplegar los ocho “simuladores” de satélites, así como volver a encender uno de los motores de la nave en el espacio. SpaceX no ha logrado ninguno de esos hitos en sus tres últimas misiones de prueba.
Incluso si este prototipo V2 de Starship corre la misma suerte, es probable que SpaceX vuelva a presentar el vuelo de prueba como un éxito.
La compañía emplea una filosofía de ingeniería llamada “desarrollo iterativo rápido”, que prioriza el lanzamiento frecuente de prototipos relativamente baratos en misiones de prueba sobre pruebas extensas en tierra u otras simulaciones menos arriesgadas.
Debido a este enfoque único de desarrollo, SpaceX es conocida por aceptar percances explosivos. La empresa ha dicho que incluso los vuelos de prueba fallidos ayudan a los ingenieros a mejorar el diseño de Starship, y lo hacen más rápido que si SpaceX empleara otros enfoques de ingeniería.
“Cada lección aprendida, tanto en pruebas de vuelo como en tierra, alimenta directamente los diseños de la próxima generación de Starship y Super Heavy”, dice el comunicado de SpaceX del 15 de agosto. “Quedan dos vuelos con la generación actual, cada uno con objetivos de prueba diseñados para ampliar el rango de capacidades del vehículo mientras iteramos hacia cohetes total y rápidamente reutilizables y confiables”.
El enfoque de desarrollo de SpaceX, aunque a menudo se considera arriesgado y audaz, le ha dado buenos resultados en el pasado.
Rara vez uno de los cohetes de la compañía ha fallado una vez que sale de la etapa de desarrollo y se vuelve operativo. El historial de vuelos espaciales tripulados de la empresa, usando cohetes Falcon 9, ha sido impecable.
Y si Starship finalmente funciona, dijo Reisman, no serán solo SpaceX, o incluso la NASA, los que se beneficiarán.
“Toda la industria espacial espera y apuesta a que Starship funcione, porque si cumple su promesa, también será una revolución en cuanto a costos”, dijo Reisman. “Creo que hay motivos para el optimismo y el pesimismo, y creo que es muy, muy difícil predecir cómo va a terminar esto”.
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